miércoles, 9 de noviembre de 2011

Amanecer

Una nube oblicua se filtra a través del amanecer dorado. Miles de puntos brillan en mágica intensidad su oro celeste hacia todas partes. Las sombras se desvanecen: Está amaneciendo en la ciudad.
Pestañea cada ventana, cegándote por un instante. Siempre me ha gustado ver amanecer, sobre todo cuando la inmaculada acuarela del horizonte es de un azul cristalino turquesa y las antenas no son sino las de coleópteros gigantescos tumbados al sol. Diríase que el lienzo del devenir se está coloreando solo. Recuerdo una nota, una indicación. Corriendo la cojo y leo: Estás invitado a soñar. Es el día. Su primer suspiro. Suenan unos acordes infinitos y lejanos...
Pronto el ruido se apoderará de la gran ciudad y este amanecer, cuya descripción no figura en diccionario alguno, desaparecerá entre mis codiciosos dedos. Si pudiera dilatar el tiempo y captar su esencia, guardándola en un frasquito junto a mis otros frascos de hadas y espíritus burlones, le colocaría una pegatina que dijese: Amaneceres preciosos. Y aun así, no le estaría haciendo justicia.


"El encuentro con lo misterioso es la experiencia más hermosa; es el origen de la vida" Albert Einstein.
"Dios no sólo juega a los dados, sino que a veces los arroja donde no podemos encontrarlos" S. Hawking (en réplica a Einstein)
"El bosque sería muy triste si solo cantaran los pájaros que mejor lo hacen" Tagore