Días
elásticos como goma de mascar, primavera, que ya llegas, luce tus atavíos de
perlas, figurativos plásticos para enmarcar… Boca de concha abierta, son flores
tu catedral.
Primavera
muda, dice Venus que también te muestres desnuda, en prodigioso canto de colores, ungüento de
mieles de luna, resplandece tu alma de musa que abarca todos los olores.
Embriagando en un trino de mariposas zafiro y moscas sonrosadas alrededor de
las hadas, colmadas de flores rizos, sobrevuelan los jóvenes paladines sobre
los grifos, y de la nada, nacen flores aún más raras…
Ardores
de la natura, arrecifes de nata y bellas criaturas, jazmines de plata y estelas
de verdeoro tras libélulas en miniatura, claveles en flor, pompas granate
flotan a mi alrededor, me fijo en una esmeraldina y miro en su interior, flores
de coral de todo color brillan entre una atmósfera que nimba, cual fantasía de
labios de un día, nereidas nacidas bajo el signo de la libido portando ramos de
rosas y lirios, media reticular de tejido abisal de elfa, fosforescentes los
pezones, azulando el agua dentro de la esfera… Gigantescos girasoles afuera,
caracoleando trenzas de excelsas adelfas, vuelan hadas tatuadas de corazones y
valientes elfas, ninfas sobre ninfeas, ay, primavera, que ya llegas, jardines y
florestas de fresa, ninfas ardientes de deslumbrantes pendientes, dientes
hechizados de archidruidas con hebras de algas marinas, mariposas amarillas,
mascotas sonrientes, escaparate de la belleza… ¡Ay, primavera! Rinde homenaje a
la faz de la Tierra.