lunes, 31 de agosto de 2015

7ª Carta amatoria para Ruth



Me tiene vampirizado en una clase de hipnosis amatoria que me hace destilar deseo y más deseo, plumear poemas por cada poro de mi piel, rezumar vida desde este cascado corazón sin coraza ya, que no sabe cuándo la verá aunque cada vez falta menos, y cuanto menos, más ardo yo en carne viva, como mil diablos enloquecidos retorciéndose de dolor en una quema, ¡Ay, mi amada!, y sin saber nada de la elegía ella, tan inocente y tan bella, ausente de mis rimas y mis lamentaciones, de mis sudores, mis pudores... Pronto, muy pronto, estos ojos la verán y la larga espera habrá valido la pena.

Quiero ser tu desvalido preferido, la lente de tus Iris, para no dejar de verte, huérfano de suerte, ¡Ay Ruth, mi cruz!, ¡Ruthopía, mi cara del día!, Sol de todas las estrellas, si ardes en mí cual damisela más bella, déjate colorear por mis versos y acuarelas, que tu lindos brillos son mis tiernos guiños y mis dedos sólo saben hacerte estribillos, ¡Ay Ruth, no sé qué haré cuando te vea!