miércoles, 14 de diciembre de 2011

Averno

Amanecer anaranjado de nubes rosadas y cielo claro, manso, mármol de vetas de plata, luengos trazados, blanco marfil, azul cielo claro.
Edificios marrones, ocre, granate y sepia… de toldos verdes y espejos por ojos, reflejando la luz del sol. También, casitas blancas destacando su viveza celestial y matinal. Mientras arroja fotones indiscriminadamente el astro rey por doquier. Verde oliva una puerta, barnizadas de oro las palmeras, eterno amanecer.

De vuelta del Parnaso, pasé por el averno, donde conozco a unos duendes buenos. Con mis amigos, en la terraza, hablamos de esto y aquello, mientras dos morenazas nos erizaban el vello. Unas tapas, un refresco, chicas guapas y aire fresco. Luego, ya dentro, partida a la diana y al futbolín, bufandas de lana y otros parchís. Risas y carcajadas con nuestro amigo Juan Luis. Ya de vuelta a mi nido, seguía el perfume de fémina cual cometa perdido, inundado de mil fragancias por las tiendas desprendido.
Estrellas de luces colorido, humanos dentro de abrigos, junto a bellas mujeres me arrimo para seguir mi camino.
Hoy me ha limpiado la alcoba el rumano, ha cambiado de sitio el cetro de caoba, pero tiene buena mano. Todo está limpio y aseado, con mis cosas al antojo que yo he dejado.
La estufa enciendo al recibimiento de Mandolino, que me colma a besos, calor contra el frío. La cara de papá Noel bajo el tazón de café y en el acuario, tornasolado, un remolino. Amarillo a rayas, blanco perla, azul de vidrio…
Cantan cánticos las sirenas junto al molinillo, aroma de adelfas tras el visillo, esencias de incienso de cien destinos. Hoy he hecho la siesta de la lechuza, es como la del borrego pero antes de la hora bruja.
Hadas y pixies se mezclan por mis almohadas, sacan brillo los elfos a sus espadas, y siguen en corro los gnomos a las paladines más bellas y bravas. Tinta azul en cascada transformada en rosa escarlata, jazmín y lirios de plata, verdeoro jardín se plasma, de cristalinas y malvas aguas.
Himnos de humo rosado, al compás del incensario, hilos de humo blanco, sibilas ornamentadas en lo alto, adornando de purpurina y fresa un retrato.