domingo, 19 de febrero de 2012

Domingo de asueto

Domingo, día muerto de los momentos, último llover de la semana, homenaje al hastío y a la monotonía del domingo se diría. Nadan luctuosos los peces del acuario, mientras busco la luna y no la veo por ningún lado. Sólo danzan bajo el plasma las bayaderas de raza del lago. Poco a poco, los violines cristalinos de las sibilas silban con los violáceos chelos en sinfonías de cuento. Me entretengo en el volar de una mariposa azul,  y una vagarosa burbuja se eleva flotando hasta prender el farol, estrellado despidiendo una amalgama de luz, alguna bruja buena me quiere dar calor. Incienso de almizcle en pleno albor. Tréboles de brillantina sobre cuché brotan cegadores en una chispa, bailan claqué dos alienígenas, entre destellos fucsia tres lumias juguetean al deseo y la pasión, mas se evapora la rubia cuando me roza un pezón, la morena permanece, inmóvil e ignota, mirando el cactus, bienhallada, ¡si es de Erasmus! Hada con tejanos y camisa a cuadros, suspenso en el aire el carmín, sonrisa de puro marfil, duendecillos verdes con regalos, alegoría sin fin, y deseo de los hados.