miércoles, 30 de noviembre de 2011

Venus

A Venus se le conoce con los nombres de "Lucero del alba" o "estrella vespertina", ya que al encontrarse tan cercano al Sol, sólo puede verse al amanecer o al atardecer. Después del Sol y la Luna, es el objeto más brillante del cielo.
¡Ay, Venus, lucero del alba!

Hoy tengo cita con el oráculo de Delfos, también debo comprar incienso celestial y espero la llamada inesperada de un amigo de infancia. Los peces de todos los colores de mi acuario reflejan un mundo en cada escama, un cosmos precioso de colchón sobre el coral, destellos cegadores y visiones floridas. El Sol entra por mi ventana iluminando un reino de anarquía divina, como el Parnaso en días de fiesta. Hasta las sibilas silban mientras mis libros recopilan. Plenitud del día.
En honores a Vesta, trovadores de putas alegran mis oídos. ¿Dónde estás, Mandolino?
Gatas en celo ronronean en mis arterias, hadas gemelas y pixies calientes inflaman mis venas...
Mandolino toma en placer las fortunas del astro Rey sobre mi cama, luz que alumbra toda la buhardilla desde mi ventana. Los goblins han hecho una fogata. Me distraen pétalos de rosas carmesí y halos de brumoso humo rubí, mientras contemplo un pequeño lago donde cinco hadas nereidas se enjabonan lascivamente. Qué torsos y caderas, quién no los quisiera. Hoy que no tengo tiempo, erótico escribe el tintero.

Ya tengo el material del que están hechos los sueños, las miradas de las gentes en el cerebro, cual si albergara las emociones del mundo entero, cada sonrisa, cada cielo, cada sardónica risa de mis compañeros, de cada fémina un trasero, de fresa caramelo...
Mandolino viene al calor de la hoguera de trols, menuda vidilla, un rumano me ha limpiado la buhardilla, nacen y crecen nuevos cactus junto a la torre, ya cobra luz y color el acuario, ya se subliman los tonos del verso libre, corre la tinta como un arroyo desbocado y cada catarata es una chispa neuronal traviesa e imposible. Estrellas fugaces recorren el cielo nocturno cargadas de deseos. Promesas a la luz de la mentirosa luna menguante. Crímenes pasionales bajo el influjo de la poderosa luna llena. Y castigos a luz de luna creciente. Ondas amarillas se disipan hacia la ventana. Del incensario manan filamentos y membranas de tejido abisal, representaciones magistrales de ballets de hadas por doquier, duendecillos por los diez dedos de los pies, remolino de virtudes en las damas, dulce flujo del proceder.

Cielo mortecino, cárdeno, violáceo, y al cenit, un añil tinte de cristal...

martes, 29 de noviembre de 2011

invitación

Hoy he recibido la visita inesperada de un amigo y le he invitado a comer. Como enanos hemos disfrutado del rock endiablado. De los seguidores de Elvis. Tupés y cadillacs. Pelvis y faldas. Ahora tengo un momento para descubrir el ocre del horizonte, en acuarela el contraste con los oscurísimos edificios en juegos de sombras chinescas... Diástole del día, jazz en estado puro, gotas de rocío sobre el teclado del piano de los dioses, Chopin...
La telaraña de antenas corta los últimos vestigios añil ¡Cuán rapidez se da el anochecer! Ahora sólo veo cubismo negro. La magia se halla en los guantes blancos del declinar del día. Un tul morado nos abraza con gala en su regazo, reflejando puntos de oro como luces artificiales. Guiños en la oscuridad. Faroles encendidos, calor en los hogares y afuera frío.
Noche negra cautivadora, del crimen perfecto hora, del himen de las pitonisas hora, momento eterno de la deshora, ¡a que ahora viene el boggart!
Melodías de sirenas, elfas floridas, hadas velando mi alcoba, la ratita presumida con la escoba, búhos y ardillas, delineantes mariposas...
Fragmentos de una rosa holográfica, destellos de una pluma estilográfica...

lunes, 28 de noviembre de 2011

Augurio

Cielo embotado, simiente de lluvia venidera. ¿Dónde están los hados? Sí veo a las plañideras. Edificios altos a lo lejos. Diminutos gnomos en convalecencia. La mayoría de seres está en exploración en la habitación de mi abuela. Hoy no quisiera escribir las hazañas que mi tintero debiera.
Mi perrito duerme sobre mis libros, en la cabecera. Un hada extraviada, de hermosas líneas féminas, solicita que la lleve en el carruaje de Cenicienta. Todavía no lo he soñado, así pues espera.
Cielo de alabastro que augura tormenta. Cielo plomizo sobre nuestras cabezas. Serafines de lágrimas que aún no llegan. Las luengas antenas se asemejan a Las lanzas, de Velázquez, en lontananza haces.
Onomatopéyicas, cobran vida las cosas; mientras yo espero una fiesta anacreóntica. Así son las glosas.
JuanRamón me gusta, Bécquer me encanta, pero no encuentro una poesía a la carta, una poesía como la mía. Por eso el verso es algo personalísimo. ¡No ladres perrito, que sólo ha sido otro grito! Contemplar a mi perrito durmiendo es escapar al tiempo, ¿para qué poner la tele, para ver más muertos?
Silba el viento en la ventana, aroma de flores plateadas, hoguera de trasgos dando calor, y sigue el día en su encrucijada.
Dos peces rayados de turquesa se cruzan en el acuario, un pequeño ikebana, salamandras chic en la peana del plasma, una foto preciosa de Kyoto, y muchos libros... Bocetos, alguna foto familiar, ambiente recargado y Mandolino (así se llama mi perrito) tumbado en mi cama como un principito. 

El molino de agua desprende notas mágicas, el incensario detalles cálidos, escuálidos vuelven los corceles, de la epopeya en la habitación de mi abuela. ¡Chispas en el cenicero! Los elfos me han traído el libro de Platero. ¡Vivan dos donceles! Que me han traído Demian, de Hermann Hesse. Las hadas flotan en el jardín de las delicias a la espléndida musiquilla de sus primas las nereidas. Ensueños de un bosque mágico...

Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla (Confucio)

Sepias y malvas en lontananza, sombras chinescas, invitaciones a paraísos artificiales, en este bello anochecer todo cabe... Cárdeno y brumoso está ahora el cielo como un algodón de feria, tibio y expectante, efigie seria, a la espera de la lluvia y la tormenta.
Acabando está la jornada, abriéndose el crepúsculo de los dioses, bajando el telón de la luz, encendiéndose los hogares, los espíritus burlones esperando la hora bruja, galeones de esqueletos revividos pugnan en la negrura, oda a las almas perdidas, panegírico a una pléyade, momento dilatado del día, que escapa remoto al circo de la noche y a los fríos tentáculos de la oscuridad.
Hollando la tierra igual que un ogro enorme, invisible e insondable, llega la morfinómana noche.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Domingo

Domingo de sangre tostada, donde la gente descansa y los escritores trabajan. Domingo desnudo, sabor a mañana, último día de la semana. Insecto de una sola ala, que no sabe el futuro lo que le depara.
Me ha recomendado una náyade la película El método peligroso, sobre la vida de Freud y sus relaciones interpersonales con su discípulo Jung; debe de ser interesante, Néstor-guiño.
Ya le confisqué la estufa al boggart. De libro a libro deambulo, sin saber donde sentar el culo. Me terminé el extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde, no me gustó. Frankenstein sólo un poco. Y el sabueso de los Baskerville sí está bien.
Siendo feos los domingos, quizás éste sea la excepción que confirme la regla. Los duendes hacen castillos con mis pilas de libros, los ingenieros gnomos me arreglan los relojes que el boggart ha estropeado. Las sinuosas curvas de las hadas deleitan mi vista entre la bruma de azul y cárdena. He afeitado mi barba para parecerles más apuesto, algunas con buen karma ya me han dicho "te quiero".
Tengo abierta la vitrina de las obras clásicas, contemplo un cuadro, a mitad hecho, mientras fumo y tomo café a mi provecho.
Contra viento y marea escribo un domingo, como quien pesca, como quien es el río, a ideas de tintero torbellino, entre fragante humo y luz natural. Pero, en verdad, no es tal desafío escribir un domingo amigo. Si las ninfas secretarias te ordenan los libros y la música de los dioses te despeja la cabeza.

Aquiescente domingo, propicio para sestear, domingo de mentón descolgado, de charlas sosas y de hados. La tarde promete lluvia rosa semejante a chicle, masticable. Un caleidoscopio de NeoTokio renaciendo...

viernes, 25 de noviembre de 2011

curiosidad

La curiosidad es una agradable sensación de revoloteo feérico en el estómago, una emoción de brisa en el cerebro y de avidez en los actos. Sentimiento primigenio en el órden de los Tiempos, brújula de los alientos, dirección de los vivos, nulidad para los muertos.
Hoy tengo cita para escuchar a un trovador; habrá pocas féminas, pero las que haya serán cultas. La médula todavía se contrae de frío en el albor del alba. Las farolas encendidas. Los sedimentos de la negra noche se agolpan en tropel con máscaras de sueños indescifrables. Duermen mis criaturas diurnas, vagan las almas, valgan las runas para resarcir a las endiabladas.
El pliegue de la luna, encaramada, que se desvanece al son de un aullido lejano... Azul pulido naciendo. Magenta concomitante.
El boggart me ha escondido la estufa, maldito monstruo andante, ahora que lo pienso, también ha apagado el incienso. Menos mal que el dinero me lo guardan los gnomos, más agudos que ese bobo.
Le he mandado a mi perrito que vigile la buhardilla mientras esté yo ausente, no vaya a causar el boggart algún incidente.

Las flores brotan de bien
El fiscal de Heidi está en la Luna
Caminando va ya el ciempiés
que precede a todas mis criaturas.

Sorbos de vida en Venus...
Hoy que no puedo atender a las magas,
me vienen todas en bragas
¡Por las barbas de Zeus!

regalo

El Sol luce y el cielo está claro. No obstante, hace bastante frío. Las sibilas ya no saben dónde guardar tantos libros. La biblioteca se está comiendo la buhardilla. Acabo de recibir correspondencia de Mª Paz, amiga, virtuosa del piano y poetisa, me ha regalado una antología de Juan Ramón Jiménez y poesías. Me enjugo los ojos cual infante, mientras hojeo por encima su dádiva. El océano de la Literatura es infinito como la naturaleza mutante, que se abre en fractales y no parece tener fin.
Platero y yo no sé cuántas veces me lo habré leído. Con Juan Ramón me ocurre lo mismo que con Bécquer o Poe.
La templanza del día cristaliza en corales multicolor, ante los ojos añosos de los árboles del colegio. Claridad franca de juegos y sueños. Tarde prevenida contra el Invierno. Hoy hay comensales y elfas traviesas... seres que vuelan y libros con la ropa puesta.

En la calle, como un torbellino, me he encontrado con un viejo amigo. Hemos quedado para un recital de poesía. Los frascos de mi relicario bullen de entes y criaturas. El incensario desprende su etéreo flujo en volutas... Nuevos espacios y formas, una SuperNova, una nueva tarde... una montaña rusa multicolor que desemboca en una noche precoz.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Frío

El Sol resplandece en todo su fulgor oblicuamente; pero hace frío, mucho frío, que contrasta con el café caliente de mi tazón. Plañideras aparte, las hadas magenta se bañan en un lago argéntea mientras Pinocho les hace travesuras con su protuberancia. Si Geppetto levantara la cabeza...
Los elfos recolectan setas, los gnomos guardan mis monedas, y las hadas más casquivanas llevan al aire las tetas. ¿Dónde estará el boggart, que brilla por su ausencia? Acuario, incensarios, y hasta una chimenea multimedia...
Las féminas se ven lozanas, los donceles ufanos, algunos espíritus sin sombra y el boggart no se ve por ningún lado. Mana humo marroquí del incensario, aros y formas ignotas, quimeras y magias en halos, límpidos frascos de seres vacuos. Las ninfas de la Literatura rivalizan con los trasgos, los escarabajos gigantes con los duros enanos y un haz de láser ciega a un anciano.
Mi perrito persigue a las moscas, de los moscardones ya se encargan los dragones. Y si hay que crear sombras o borrar borrones ya lo hacen mis cojones. Si un mandala te solucionara el panorama...
Me vienen versos de Bécquer mientras escucho a Queen, el café está en su punto, claro, me lo hago yo, superhéroes de cómics, mi colección de plumas, montones de libros, y los edificios reflejando el Sol con justicia al fondo. La ciudad en plena efervescencia...

El azote del rollito zen y mazinger zeta. Afrodita sin tetas. Melusina travestí y Mesalina haciendo los cumplidos de la diosa Vesta. Más deidades para mi cesta. Obrando elevados en el monte de Venus...



La tarde trémula deja algunos peluches de algodón en el horizonte, inmaculada claror que no molesta al ojo... Abajo, griterío de niños y palmeras de perlas color zafiro. Música celta...
Vuelve el boggart en una harley derrapando y me suelta: Voy al Hades. ¿Te vienes?. Bueno -le contesto- pero si acaso vamos también al Parnaso.
Una áspid serpentea por entre los dedos del día que se va plegando. Los árboles del parque configuran un pequeño ikebana fantástico.
Elegí de Parnaso el Machupichu...
Estaba pensándolo, cuando un hada me ha dado una palmada en el trasero mientras me susurraba al oído: En el mundo feérico todo es posible.

"La vida es lo que pasa mientras windows hace actualizaciones"(desconozco al autor)


Las arterias de la noche desembocan en una sierpe de ojos ciega que transita la ciudad. Silba por las angostas calles igual que el viento, intemperante, recorriendo una ciudad yerma y sin luna. Perentoriamente, una andanada de dragones zafiro sale a su encuentro bajo luengos nimbos. La noche ajusticia al cadalso al día.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Oscuridad

La noche es negra como la pez. Sólo se ven algunos puntitos luminosos desde la ventana, el resto es negrura como si un murciélago gigantesco con sus alas abiertas cubriese el cielo. Y hace un frío gélido, glaciar, que empapa hasta el tuétano de los huesos. Esta es mi noche -dice algún criminal- Es noche de malvados, no me extraña que el boggart me quite más de un cigarro. Justo a esta hora en la que canta el gallo.
Mis criaturas aún duermen en un rincón de la buhardilla, mientras me hago el café en la cocina. Hay un silencio sepulcral, idóneo para la lectura. Yo diría que la obra Frankenstein es más bien un drama que terrorífica. De El sabueso de los Baskerville o El extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde, de Conan Doyle y Stevenson respectivamente, sí se puede decir que son de miedo. Pero, en cualquier caso, es cuestión de gustos.
Si alguien que tuviera muy poco tiempo para leer me dijera que le aconsejase varios relatos de tres páginas, más o menos, de terror, sin duda le diría: El corazón delator (o revelador, según editoriales), de Poe, el grabado en la casa, de Lovecraft y el tic o el miedo, de Guy de Maupassant.
¡Qué negror! Desde mi ventana no se ve lo de alrededor. ¡Vaya locura! Un hada muerta en mi basura. El boggart debió de perder la cabeza en apuestas anoche.
Los tentáculos de la televisión te atrapan igual que un Kraken hacia su mundo de idiotez. He escuchado a Javier Krahe decir que la tele coloca. Y es verdad.
Leí hace años en una revista de divulgación científica que el cerebro está más activo cuando duermes que cuando ves la televisión.
Oscura como el ónice, onerosa blasfemia cual letanía a Dionisio, nada más diré de esta noche execrable en predominio, herética noche.
En honor a mi amigo Alfredo (cuya sapiencia yo no alcanzo, es director de cine y bueno) hablaré un poco sobre el séptimo arte y E. A. Poe: El director Roger Corman se encargó allá por los años sesenta de llevar al celuloide los cuentos de Poe, casi siempre con el actor principal Vincent Price (bastante bueno, en mi opinión) Creo que he visto todos en versión original y me gustaron. Hace poco estrenaron Soy leyenda, basada como no podía ser de otra manera en una novela, homónima. Muchos creen que la primera versión es la de Charlton Heston, pero no es así. La primera versión, en blanco y negro, que la tengo en original pues me la regalaron unos gnomos, se titula El último hombre vivo en la Tierra y la protagoniza Vincent Price. Es en blanco y negro y está muy bien.
Ya la cortina deja pasar claror. Ya los duendes saltan en mi colchón. Ora un paladín empalmado se despereza, ora las hadas despiertan de su sueño profundo. Pronto manejarán sus husos propagando en hebras de platino y diamante los haces del día neonato, del mundo que nace.
El incensario, entre tanto, espeta sardónico su bruma magna. Y el soplo bermejo del horizonte anuncia que mis náyades se desperezan como en una serendipia.
Cualquiera diría que ha nacido el día, de lustre en contraste con la tersa noche, templado en tono contra la yerma noche, anacarado y beis...
¡Cuán presto pasa el tiempo! La apóstrofe noche en su lugar a dado un día calmado.

Acabo de ver al boggart cabalgando sobre mi perrito, quería nada más y nada menos, el muy bandido, jugar al póquer con el demonio de Dartmoor y el Dullahan. ¡Nos ha jodido!
En cuanto a ninfas, ya le he dicho que hay féminas sagradas como Marilyn Monroe o María de Magdala.

Por cierto, el logotipo de google de hoy y jueguecito es un homenaje a Stanislaw Lem, importante escritor de ciencia-ficción.

El vórtice de la tarde se enjuga los ojos cual recién despierto infante. De nuevo de noche. Los días son muy cortos. Aunque yo, el búho despierto, exprimo más la nocturnidad.
El paragüero no para, epígrafes de tormentas...

martes, 22 de noviembre de 2011

Mediodía

Ya han aullado los canes del amanecer y hace varias horas que nosferatu se zampó la gran oblea de la luna. Tras la lluvia, el flujo imantado de las gentes sigue su curso, lo vegetal está insuflado de vida. Y, en cuanto a mí, poco resta decir, deleito la vista con el panorama de la ciudad empapada mientras me hago el café. Las voces lisonjeras de algún miserere en coral de mis doncellas.
Ayer el boggart me echó sal en el café, si no fuese por la orgía a tres que me proporcionó...
Me estoy terminando Frankenstein, de Mary Shelley, está bien y tiene una prosa fácil. Además, sin mi deseo de ser pretencioso, puedo decir que se saborea la sensibilidad de una mano de mujer. Sé que las feministas radicales dirían que es discriminación positiva, pero me las paso por el forro. Yo he sido feminista antes que fraile y sé de su radicalismo. Yo apelaba a que si las mujeres gobernasen el mundo se acabarían las guerras. Iluso de mí.
Ya es mediodía y un arco irisado alumbra mi buhardilla. El ciempiés social camina al ritmo de la esplendidez con sus ánforas vacías. Sólo algunas lágrimas colgantes silban en los balcones lacónicamente, mientras mis peluches juguetean con mi perrito.
El aroma de mi incensario despide nuevos versos y melodías en espera. Cuando el tintero está lleno así tantas son las ideas...

No puedes tener todo …… ¿dónde lo guardarías? (Steven Wright)

Una piedra de obsidiana pura, muy lustrosa, descansa sobre varias cuartillas manuscritas. RendezVous de JeanMichel Jarre sólo es comparable al Nuevo Mundo de Dvorak. Cuando el tintero está lleno, la vorágine de las ideas es tal que un mundo sideral, pleno de vértigo y novedad, de curiosidad...
Aroma intenso y tragos de café. Incienso, y trasgos ya se ven... Mis criaturillas, sobre todo las más bizarras, son metrosexuales. Se rasuran los elfos hasta la punta afilada de sus orejas, cortejan las hadas en tanga haciendo cameltoes, son los duendes con sus pililillas escurriéndose como sardinas, y hasta veo a una enana negra que una noche nos lo hicimos en mi coche...
Semejante a un fumadero de opio es mi buhardilla, mientras golpean las gotas contra el cristal de la ventana, ojo al mundo de mis seres mágicos. He trapicheado con un trasgo y me ha advertido el tener cuidado con las hadas. En concreto, Melusina. Bueno es saberlo. También me he enterado de que el boggart ha invitado al póquer al Dullahan. Debo quitarle esas ideas de la cabeza.
Serafines bisoños bajo la bóveda celeste, cabriolas de sátiros por la moqueta...

"Tal vez este mundo es el infierno de otro planeta" (Aldous Huxley)
"Lo único que yo necesito para hacer reír a la gente es un parque, un policía y una chica guapa" (Charles Chaplin)







lunes, 21 de noviembre de 2011

chaparrones

Miríadas de aves negras en lontananza sobre viejas techumbres de fábricas. No se ve al astro rey por ningún lado. Pareciese como si una capa de algodón azul oscuro cubriese el mundo. A veces el vuelo de un pájaro siniestro pasa velozmente cerca de la ventana. Días de miedo, y la verdadera beldad del suspense... ¿Qué decir de ese matiz de intensidad que adoptan los edificios tras la lluvia? Es, a lo menos, un cuento de Guy de maupassant o una película de Hitchcock.
Varios gnomos (si alguien no lo sabe, suelen guardan reliquias y tesoros) me han traído mi pluma mágica. Vinieron por la noche precedidos de dos bayaderas preciosas que danzaban en ondas de ámbar y esmeralda. Creí que el orbe del mundo bailaba al compás mismo de cascadas y linfas de otros universos. Un rayo de Luna llena y ¡zas! Media docena de hadas aladas... El boggart y yo hicimos un trato: él raptaba a una y luego los dos nos divertíamos un rato.
La verdad, nunca me había montado un trío con un boggart y un hada, desde la "duende" yonki. ¡Qué disolutos días aquellos de crápula!
Llueve de nuevo. El cielo es una cartulina infinita de color gris azulado. Relampaguea variablemente. Truena también de manera inconstante. La nitidez que cobra el paisaje después de la lluvia es absoluta.
Chaparrones afuera, en el interior de mi buhardilla mi acuario brilla, y suenan cantautores mientras me tomo el café templado.

El término hada proviene de la palabra latina fata, ésta de fatum, que significa destino.

"Amaos los unos sobre los otros" Woody Allen.

Aroma de áloe despide el incensario como un tul mágico de arco iris que flotase a la vista. El humo de leche cárdena de las esponjas como nubes presas de violáceo, menta verde al fondo, en el límite de los sentidos. Agua de cristal es cada goterón que cae, escurriéndose por las cornisas al canto de los duendes caleidoscópicos. Melodías de traslúcida impresión cuales signos de civilizaciones remotas. Una chamana bien ornamentada me dice:
“Cuando veas un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas un hombre malo, examínate a ti mismo” Confucio.
Parece que clarea el día en notas del amanecer, después de los chubascos y el negror, vuelve la luz y se hace material la materia.


La mano trémula del atardecer se cierne sobre la tierra mojada, los charcos de las esquivas aceras, gritan en juegos los infantes, alguna película antigua en el salón... Y el gran teatro del mundo continúa entre oboes y redes de efecto pigmalion.
“Contemplar los cuadros de HR Giger es como llevar de cicerone a Caronte” el búho despierto.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Lluvia

Ha dejado de llover. El cielo se ha asombrado de tanto transeúnte un domingo por la mañana. La gente está excitada. Millones la van a meter. Andan ya erectos. Hoy es el día de las erecciones generales.
La democracia es una puta con una vagina bien gorda.
En mi buhardilla reina la anarquía, las risas y la algarabía.... El búho se lo hace con la ardilla. Lo inerte cobra vidilla. Serafines empalmados, hadas violadas...
Arcángeles inhumanos surcan los vientos, escondiéndose por entre grandes nubarrones. Oblicuamente, descargan sus rayos de furia en forma de lluvia. Al fondo, se ven borrosos los edificios. Llueve incesante, incesante como el devenir, como los hombres-niño con la ilusión de la erección. ¡Vaya trueno!
Me van a regalar La vuelta al mundo de un novelista, de Blasco Ibáñez; definitivamente La isla, de Huxley no es la película.
¡Más truenos! Los hombres-niño se van a mojar antes de tiempo. ¡Rayos y centellas! ¿dónde he guardado a mis doncellas?

viernes, 18 de noviembre de 2011

éxodo

Llueve. Sigue chisporroteando. Lloviznando sobre mojado al compás de alguna sinfonía sin fin...
Ya han regresado algunas criaturas fantásticas a mi buhardilla en agradable algarabía. Debo confesar que una elfa de la noche, vestida de blanco, purísima, me ha provocado una erección pero la he metido en el frasco con mi colección.
Le he ofrecido un bucle y me ha dado un beso, yo soy el Duke, no un duende travieso. ¡Toma eso y al frasco!, que luego me la casco.
Dice Bunbury en una canción del disco Hellville de Luxe "nunca desaproveches una buena erección"
Pero la elfa a mí plín, que ya se lo monta con un paladín. A mí me gustan más, según cuáles, las hadas, tienen el culito muy bien moldeado. Lo malo es la purpurina, que te pones perdido y luego estás varias horas flotando en el aire. Es lo que tiene un polvo de oro.

(El boggart me ha quitado un paquete de tabaco, Alfredo, jeje)-guiño.

La noche cristaliza mientras escucho a Sabina. Un gris rojizo a lo lejos, casi negro desde la ventana. Noche de criminales a luz de farola. Sucia y densa, como la mayoría de la prensa. Noche poeiana, oscura, sólo los puntos de las farolas rodeados de charcos. Se está regenerando la atmósfera. Pero están empapadas mis criaturillas... ¡Ha saltado una chispa!, la elfa y el paladín ya han copulado...


jueves, 17 de noviembre de 2011

anotaciones

Ofrece mucho y espera poco de los demás, te ahorrarás disgustos -creo que es de Confucio-

Hoy no hay algarabía en mi buhardilla. Ha debido de morir algún titán y han marchado todos los seres mágicos a su funeral. La televisión sigue esputando política sin cesar. Me ha halagado la visita de tres amigos y me ha servido para desengrasar las neuronas cansadas de hastío.
El tiempo es lluvioso a ratos, son días grises, como anglosajones, escucho al futurista Jarre, pensando que la semana que viene canta Krahe al lado de casa.
Me he terminado El perro de los Baskerville, no da tanto miedo, Sherlock Holmes casi no aparece en el libro y es Watson practicamente el protagonista principal. Sir Arthur Conan Doyle tiene una prosa fácil de leer. En cuanto, De sapos a príncipes, está muy bien (puedes incluso aprender a ligar), aunque puede haber ciertos conceptos difíciles para una persona sin conocimientos de psicología.
Tuve una pesadilla en mi buhardilla, imposible de descifrar, quizás era el perro de los Baskerville que me perseguía y no me podía alcanzar.
Las criaturas sobrenaturales me han dejado una nota, dice: Estamos en una epopeya.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Malentendido

Noche maltrecha como algo que no esperas. Lágrimas negras caen por las cuencas. NeoTokio a punto de explotar... neuronas aceleradas... chirridos... y la vela intacta. Jaulas de grillos, manuscritos... y la vela intacta. Noche maltratada por el Arpa de los dioses. Noche tal vez sin luna. Seda de sangre. Duda.
El boggart que habita mi buhardilla hoy me ha quitado mi pluma preferida. De ahí el estilo de mi lira.
Me estoy empezando La isla, de Aldous Huxley (autor de Un mundo feliz, Las puertas de la percepción, etc) y me parece que no es la película.
En la habitación de mi abuela hay gnomos que mi perrito detecta, uno de ellos me ha dicho:
"El perdón es lo más hermoso que existe" Bosmans.
"Qué negra es la noche cuando no perdonas" el búho despierto.

El otro día un hada, hoy dos pixies, empiezo a pensar que el ritual surte efecto y mi buhardilla ejerce atracción por los seres mágicos. A los pixies les va la juerga y, además, me limpian la habitación mientras juegan y nos deleitamos escuchando a JeanMichel Jarre.

martes, 15 de noviembre de 2011

Pareceres

Estaba leyendo la biografía de Osho, el importante filósofo del siglo XX, cuando me he quedado embobado al saber que alcanzó la iluminación a los 21 años, cuando pocos son los que llegan a alcanzarla y menos a edad tan temprana. También quedé sorprendido al leer que Hermann Hesse, el autor del archiconocido  (y de lectura obligatoria en las universidades de humanísticas) Siddhartha, el lobo estepario, Demian... , y premio Nobel, de joven había ingresado en una institución psiquiátrica por intento de suicidio. Parece que los escritores son abrazados de un halo oscuro: Poe, Baudelaire, Rimbaud, Verlaine... y todos los simbolistas y decadentistas. También los expresionistas como Kafka, además de los románticos. Una vez leí que el oficio donde más enfermos mentales había era el de escritor. Pero, luego, lees a los hindúes y, en general, orientales u orientalistas y observas el positivismo, el crecimiento personal (como Tagore, etc)

"Creo que la televisión es muy educativa. Cuando alguien la enciende me voy a leer un libro." Groucho Marx

hada

Un hada, por demasiada información política desquiciada, se ha colado por mi ventana. Dibuja elipses, estelas plateadas y polvo de oro. Pareciese que cae abatida por un ogro, o que escapa de alguna jaula humana. Vuela y revolotea en derredor mío, pero sabe que yo no puedo hacer nada.
Si fuese de carne y hueso, ya resplandecería en mi cama, pero al no serlo por ser maga, vedlo, vaga y vaga... por mi reino el hada.
Es apuesta porque perfumada va de incienso, y ligera aunque truncada un ala; si escapa del infierno, aquí le doy morada. Será mi concubina de una noche mientras le susurro: ¡hala! No es tu mundo ¡hale! que aquí también habita Sade.
Calada tras calada, veo impasible como rueda por la moqueta, dejando una cortinilla de purpurina muy fina, de mil colores... Si fuese un sueño, debería haber despertado ya. Así que me dispongo a tratarle el problema del vuelo con fantásticos hechizos añosos, y en un destello de rubí la dejo descansar junto a mi pisapapeles de Dalí.
Cuando vuelvo del baño, ¡cuál es mi espanto, está ardiendo!¡el boggart la ha desflorado! Junto a sus cenizas hay una nota, escrita con sus diminutas manos, que reza: Nunca dejes de soñar.
Maldito boggart, ya sé quien tiene mis libros de Sade.

boggart

En cuanto atrape al boggart que habita mi buhardilla y me cambia las cosas de sitio, lo meteré en el frasco de los trasgos, para que se lo hagan pasar mal hasta que adivine el nombre de Rumpelstiltskin. ¡Habrase visto cosa igual! Si me quita los libros cuando voy por la mitad. ¡Vaya lío, qué dificultad! Pronto lo tengo que cazar.
Aumenta el matiz del color de las cosas. Amaneciendo está... La televisión escupe política y tecnocracia. Bajo la ventana tengo un cuadro a mitad de hacer. Me quedo contemplando el nuevo amanecer: Una capa de nubes azul celeste cubre todo hasta el horizonte turquesa acabado casi en blanco. Un techo de algodón, que diríamos, alfombra el Reino de los dioses. Y el Sol no existe, es día de lluvia. Me encanta. El boggart está más activo que de costumbre. Cree que voy a caer antes en las flores del mal que en las flores del bien.
El gusano cíclico de la vida y su ambigüedad... Sigue blanco y puro el horizonte. "No empujes el río, fluye con él" dice una frase de la Gestalt.
El cabronazo del boggart me deja propaganda política, porque sabe que yo no voto. Gobierne quien gobierne, ¿ me van a quitar al boggart de la buhardilla?

domingo, 13 de noviembre de 2011

crisálida

¿Será el incubado y anaranjado abrir de alas de una nueva crisálida al amanecer, o es que ya ha agonizado el grisáceo domingo, aniquilando aquellos súcubos violadores que, haciéndose pasar por musas, pretendían ladearte hacia la mala literatura?
Hay días buenos, días malos y seudo-días (digo en mi primer libro)
Hoy la insipidez campa a sus anchas, a la espera de algún motivo de curiosidad. Contemplo el acuario mientras juego al ajedrez con el ordenador. Las ninfas esperan respuestas, pero mi taza de café es sagrada.
Se hará mariposa de nácar el nuevo día, exhalando sin dejarse uno todos los primeros suspiros humanos y animales, haciendo cambiar la disposición de las hojas y coloreando las flores con su armonioso pincel de luz.
Ya ruidos de pájaros y máquinas entremezclados se dejan sentir, mientras el humo de la cotidianidad fluye en aros casi perfectos. Es el día, que se está construyendo...

sábado, 12 de noviembre de 2011

noche

El alma de la noche cae sobre el espíritu humano como el pétalo plomizo de alguna flor desconocida. La misma Luna llena destella podredumbre y monotonía. Parece como si una plaga de íncubos se hubiese apoderado de la mitad de las féminas. Los mismos tragos, el mismo juego...
Hoy no está mi amigo Alberto, pues se encuentra convaleciente. Así, la persona con la que más puedo explayarme y conversar no forma parte de nuestro grupo en esta baudeleriana atmósfera de decadencia. No he tardado mucho en regresar a mi madriguera. Y, ahora, escucho música clásica, mientras contemplo una pila de libros empezados. A través de la ventana de mi buhardilla se puede observar el astro noctámbulo, redondo y pleno, diluido a veces por nubarrones que emborronan su imperio.
¿A qué juegas, Luna? ¿A qué juegas, Luna llena?

viernes, 11 de noviembre de 2011

libros

Dice Confucio "cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo". Me vienen a la cabeza aquellos postulados del intelectualismo moral, que estudié en el Instituto, según los cuales cuanto más instruido más bueno eres. No puedo adherirme a tal afirmación, dudo. Pero de lo que sí estoy seguro es de que leer enriquece.
Me estoy terminando Neuromante, de W. Gibson, padre del ciberpunk; el ciberpunk es un subgénero de la ciencia-ficción que predominó en los ochenta y describía con gran fidelidad, el mundo de hoy, Internet, los piratas informáticos, las drogas y los chips, con una narrativa recargada de cientificismos, copiosa, y en un mundo dominado por marcas y grandes multinacionales. A mí me va el ciberpunk (aunque me gusta toda la ciencia-ficción, tanto la denominada dura, como la blanda, o la space opera u opera espacial...)
Neuromante es la primera de una trilogía llamada del Sprawl, siguiéndole los pasos Conde Cero y Mona Lisa Acelerada. Con posterioridad, Gibson sacó otra trilogía, personalmente me interesa una novela titulada Luz virtual.
A quien no lo sepa, en justicia, debemos decir que la palabra ciberespacio la creó William Gibson, y también acuñó otros tantos términos en uso hoy día. Ganó los tres premios más importantes en CF Nébula, Hugo y P K Dick.
No obstante, a alguien que no le guste le puede resultar asfixiante.

¡Esto lo entendería hasta un niño de cuatro años! ¡Tráiganme un niño de cuatro años! Groucho Marx.


Otra de mis relecturas es PNL (programación neurolingüística), se trata de una corriente dentro de la Gestalt (corriente psicológica que entraría en uno de los tres troncos fundamentales de la psicología: el fenomenológico. Los otros dos son cognitivo-conductual, actualmente en boga, y psicoanálisis, desfasado).
La fenomenología incluye lo que se sale de lo cognitivo-conductual y del psicoanálisis, es decir, recoge, a modo de cajón desastre, a los humanistas, los existencialistas, la propia gestalt, etc.
El libro más interesante de PNL sería la estructura de la magia, aunque el que me estoy leyendo De sapos a príncipes, sobre el lenguaje no verbal, es también interesante.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Amanecer

Una nube oblicua se filtra a través del amanecer dorado. Miles de puntos brillan en mágica intensidad su oro celeste hacia todas partes. Las sombras se desvanecen: Está amaneciendo en la ciudad.
Pestañea cada ventana, cegándote por un instante. Siempre me ha gustado ver amanecer, sobre todo cuando la inmaculada acuarela del horizonte es de un azul cristalino turquesa y las antenas no son sino las de coleópteros gigantescos tumbados al sol. Diríase que el lienzo del devenir se está coloreando solo. Recuerdo una nota, una indicación. Corriendo la cojo y leo: Estás invitado a soñar. Es el día. Su primer suspiro. Suenan unos acordes infinitos y lejanos...
Pronto el ruido se apoderará de la gran ciudad y este amanecer, cuya descripción no figura en diccionario alguno, desaparecerá entre mis codiciosos dedos. Si pudiera dilatar el tiempo y captar su esencia, guardándola en un frasquito junto a mis otros frascos de hadas y espíritus burlones, le colocaría una pegatina que dijese: Amaneceres preciosos. Y aun así, no le estaría haciendo justicia.


"El encuentro con lo misterioso es la experiencia más hermosa; es el origen de la vida" Albert Einstein.
"Dios no sólo juega a los dados, sino que a veces los arroja donde no podemos encontrarlos" S. Hawking (en réplica a Einstein)
"El bosque sería muy triste si solo cantaran los pájaros que mejor lo hacen" Tagore

domingo, 6 de noviembre de 2011

Convaleciente en púrpura

¡Qué fácil es controlar a los seres humanos! Son como niños, como "niños grandes " dice Hermann Hesse. Si quieren música, se la proporcionas; si tienen sed. les das de beber; si tienen hambre, de comer; al vanidoso, le halagas; y así, a cada cual das lo que desean y los tienes en el bolsillo. Tan superficial es la relación humana.
¿No os ha ocurrido, alguna vez, que alguien se estaba equivocando y habéis esperado para que se diera cuenta en sus propias carnes, para que aprendiera y aprehendiera? Pues también algo así es el trato humano.
Según los terapeutas de PNL (programación neurolingüística),la información no verbal de una persona supone más del 80 por cien, con lo cual sus análisis se centran en la comunicación no verbal.




"Nunca he hecho lo que debía, pero siempre he hecho lo que creía" (no recuerdo ahora al autor)
"Una lágrima no es poesía, poesía es el modo en que cae por la mejilla" el búho despierto.

sábado, 5 de noviembre de 2011

"La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos."(Tagore)

Noche de sábado fría. Almejas cerradas, plazas tomadas por la policía. ¡Ay, sábanas de amor de seda yo desearía! Ulula el búho, de paz su causa ¡Qué bella es la sinfonía de los planetas! Hazte una pausa.
Un gnomo borrachín suda el futbolín; yo busco jarabe en la visión de seis senos virginales de fresa a mi derecha. Juegan a la diana mis amigos mientras lío marihuana. Los más jóvenes se sienten dioses, los maduros ya conocen que a ellos no les ha tocado alcanzar el nirvana. La mayoría casados, con hijos...
Terminada la sesión de rock, nos recogemos a la luz de unas velitas preciosas en un café de aire más intelectual. ¡Noches de desnuda amistad!


"Un amigo es una persona con la que puedes pensar en voz alta" (R. Waldo Emerson)

"Si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas." Tagore.

Mi hobby es observar a la gente

Queridos lectores, ávidos de sabiduría como yo, he sabido que hay un libro de Julio Verne, en el cual se imagina un París en el dos mil y pico, debe de ser interesante.

viernes, 4 de noviembre de 2011

La realidad de las cosas está en lo que vivimos, experimentamos y comprendemos (Ramón Simarro Munoz)

Aunque el cielo esté nublado, el Sol está detrás...
Aunque el cielo esté nublado, las estrellas están detrás...
Aunque el cielo esté nublado, la Luna está detrás...
Y aunque el cielo esté nublado, el Sol, las estrellas y la Luna jamás dejaran de brillar.
(Ramón Simarro Munoz)

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Escribo... luego existo

 Generalmente las películas no hacen justicia a los libros, salvo en honrosas excepciones como "El nombre de la Rosa" o "Blade Runner", de Umberto Ecco la primera (y homónima) y de Philip K. Dick la segunda, titulada: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? En el caso de esta última novela aparece algo extraño semejante a lo que hoy sería Internet que no se ve en el celuloide, y algunas cosas más como denominar despectivamente a los Nexus6 como andrillos ¡Vaya! Parece que hoy las ninfas me han llevado por el lado de la ciencia-ficción.
Pues habrá podido deducirse claramente que mi inclinación es el ciberpunk (entendido como movimiento literario única y exclusivamente). Mi preferido es William Gibson.


"El cerebro es mi segundo órgano favorito" Woody Allen.



               ¿Por qué sonríe la chica del acantilado?

Por aquellos años solía viajar, ir de aquí para allá, recorrer el mundo a mi manera. Llevaba, ciertamente, una vida bohemia en el buen sentido de la palabra, y retirarme temporadas enteras acompañado de mi hermana soledad a las solitarias playas de la costa, nido de fértiles cosechas intelectuales y fértil tierra de bálsamos contra el amor a la sombra del olvido, era una de mis mayores satisfacciones.

Entregado a esta tarea de exquisiteces universales que la juventud me brindaba en cuerpo y alma, sin nada a cambio: ni pacto, ni deudas, sino el más puro de los altruismos, un regalo de los dioses, en verdad un tesoro desenterrado de dentro a fuera de mí. Entregado a esta tarea, encontraba paz, "sentido", ...felicidad.



Vivía y vivía, vivía por vivir, vivía para vivir, vivía existiendo.



Tenía edad y empeño, ilusiones, esperanzas. Armadura sin coraza, pues por fuerte no era menos sensible, como desnuda se muestra la Naturaleza.

Tenía inquietudes desbocadas, y pasiones me acercaban a las cosas más sencillas, y en realidad más bellas, del Todo; que no obsesiones, de esas que se hacen llamar pasión, y cabalgan fuera de los dominios de uno para regresar un momento y hacer creer que llenan.

Recuerdo que antes, cuando sabía hablar con los pájaros, volar, reírme de un payaso, vivía; no como ahora, que sólo albergo penas y derrotas, y además puedo ahogarlas fácilmente en un vaso de vino. Ahora soy aquel payaso desgraciado, falto de público, que llora su llanto real ante nadie o la botella, más o menos lo mismo.

Pero recuerdo que antes vivía. Sí, vivía. Vivía los segundos, las horas, los días...



Y fue durante uno de esos días cuando la vi por primera vez. Una de esas extrañas mañanas en las que, por mucho que lo intentas, nunca logras discernir si se trata de un sueño prolongado de la noche anterior.

Yo paseaba por la orilla mientras, dejándome acariciar por la espuma, recogía plácidamente las conchas que deshijaba el mar en mi travesía... y allí estaba ella.

¡Allí estaba ella más reluciente que un incendio, apoyada sobre el mar! Quieta y muda, existencialmente intensa. Seria, alta, profunda, circunstancial, altiva como una diosa, angustiada como un mortal. ¡Allí la siniestra silueta, estatua de sal en duelo de fuego, azotada por el viento triste figura, ante los ojos del mundo!



¿Qué persona habría sido capaz de resistirse a mirarla? ¿Qué persona habría tenido la templanza suficiente para eludir tan absorbente tentación? Yo no.

Yo no podía dejar de mirarla día y noche. No podía comer. No podía dormir. No podía vivir pensando en la chica del acantilado.



Los días se sucedían y yo sufría, sufría mucho. Digería, a espasmos, el sufrimiento del ignorante deseoso por saber.

Y los días se sucedían de igual forma que las noches, poco sabios como yo, sumidos en el juego confuso del que espera una respuesta, cual jugador de última baza: Un alba, un crepúsculo y ella; porque ella era mujer, pero también castillo clavado en la abstracción, otro astro si se habla con justicia, impasible siempre ella, ocultando -deliberadamente creo- tras sus murallas la extensa filosofía de una obra muy personal, tan humana como ella misma.



Y yo sufría poesías:



“Su presencia me hace suyo,

y si suyo soy, de ella,

más lo hago cada verla,

más me dejo a su influjo.

Su presencia me hace Santo,

tanto que conocerla tiene sangre,

mas lo daría todo por Algo,

y aún con la poca que guardo

de fracasos, fraudes y ascos,

donaríala hoy sin frenarme,

sabiendo el sentir que sólo alcanzo

a ver sus formas de ángel”



Pero cada pregunta que lanzaba al aire, y éste ofrecía al viento, encontraba siempre la misma lánguida respuesta de una mirada, que la barandilla de ornamenta había terminado haciendo suya.



El tiempo se iba tal cual venía, y venía siempre igual. Eso sí, ella impasible desde su mirador, por encima sólo cielo, y su estado anímico indiferente e ileso al desgaste del devenir; y entre silencio y silencio, mudez, y algún que otro verso...



“Su presencia me hace suyo,

y si suyo soy, de ella,

más lo hago cada verla,

más me dejo a su influjo...”



Jamás silencio se hizo himno a la Divinidad. Jamás silencio tuvo motivo tan perfecto: Promediaba entre el Ser y la Nada.



A un paso de la fusión yo esperaba, en vano, desesperando, poder vivir otro segundo más para ver tender sus alas diáfanas sobre mi pecho, lo que nunca sucedía. Tan lejana y tan mía, arañando más allá de la razón la sutil membrana de nuestros universos compartidos.



Así pasaron no sé cuántos siglos, hasta que el cuarto día ocurrió algo: El Sol como de costumbre, como tantas otras veces, descubrió su media yema para dar color al día en su faceta de pintor realista; las olas suspiraron brillo y reflejos al nuevo lienzo, que empezaba a abrirse en abanico y parecíase al amanecer; el horizonte bostezaba con toda la naturalidad de lo vital, y estornudaba espuma contra las rocas; y cuando los últimos rayos hubieron terminado de dibujar el paisaje... ocurrió.

Era brillo, sólo brillo, algo más que simple luz, un poco más de brillo imprimido por lo que estaba empezando a ser una soleada y agradable mañana. Nada fuera de lo habitual, excepto... su ¿procedencia?

Agudicé la vista, mi corazón palpitó y estallaron venas bajo mi piel, fronteriza por roce de mundos interiores, en deliberada complicidad ¡incubada revolución!

Una larga sonrisa en sus labios ardía como nunca; ni siquiera los dos soles semejantes a ojos, que no podían resplandecer más, ardían tanto.



¿Qué estrella por remota que se hallase no habría rendido esclava su áurea blusa, y corrido su velo estelar para ofrecer dignísima la danza de los cabellos del Fuego como reverencia?

¡Qué sonrisa! ¡Dios, qué sonrisa!



Yo salí de la casa y corrí, corrí hacia la escalinata de mármol mientras mi cabeza intentaba comprender por qué lo hacía.

No había pisado el primer escalón, cuando sus pupilas me regalaron una respuesta, su respuesta, la respuesta; la única mirada de verdad en todo este tiempo; el antes, el ahora y el después; el secreto desvelado; las memorias de su alma en un eterno pestañeo.

Y una frase de diamante rondó mi mente de vidrio al estilo de aquellos grabados ancestrales que nunca mueren, milenarios y fugaces peregrinos del destino manifiestos en lo inconsciente, legado que nuestros antepasados quisieron hacer perdurar:



"Destapar el tarro y deshonrar la esencia"



Entonces supe por qué sonreía. Sonreía porque ya no quedaban preguntas. Sonreía porque ya no quedaban respuestas. Sonreía porque el hielo con el tiempo se hace agua y se funde con el mar, y ella había sido hielo, un bloque de hielo con piel.

Por eso sonreía y brillaban de un modo especial las celestes vidrieras de su rostro. Por eso oí un suspiro -ningún justo habría oído grito- cuando abandonaba ese mágico lugar... y, en fin, por eso aquella noche yo crecí, el Genio de los mares durmió tranquilo y algunas flores nacieron negras.



Ha pasado ya mucho tiempo, pero hoy todavía recuerdo lo ocurrido como aquel mismo día, como si tatuado en algún rincón del alma no pudiéramos desprendernos el uno del otro.

Y, a veces, mientras resisto el desafío del invierno junto a la chimenea, cuando paso las largas horas de la poca vida que aún me queda meditando sobre mi pasado, siento su presencia fresca y pura discurrir por los surcos de mis castigadas arrugas.

El búho despierto (éste fue mi primer cuento)




Las flores deben ser hermosas. Las personas tienen que ser buenas -Bosmans-

Las flores deben ser hermosas. Las personas tienen que ser buenas

En honor a los vagos y lejanos recuerdos de la Facultad de psicología, estoy releyendo PNL (programación neurolingüística), que, entre otras cosas, como crecimiento personal, tanta facilidad para ligar me procuró. La lectura me lleva bastante tiempo. Además soy un lector voraz, leo libros de cinco en cinco. Aunque, a decir verdad, va por épocas.





Según "el búho despierto", y abandonando el plano científico, en la Literatura Edgar Allan Poe sería el genio del terror, H. P. Lovecraft el del horror y Guy de Maupassant el del miedo.

Dicen que pocos alcanzan el nirvana. En lo que a mí respecta, por ahora sólo soy un samana en búsqueda de sabiduría con la curiosidad como referente.

martes, 1 de noviembre de 2011

diario

Mi primer amor correspondido, que además me hizo entrar en la dimensión de los hombres, también desarrolló en mí el gusto por las películas de Woody Allen (y sus cuentos con plumas, bastante divertidos). Un tercio de mi primer libro publicado "Al beso del ángel muerto" versa sobre aquella maravillosa nuestra relación.
Existe correspondencia entre Woody Allen y Groucho Marx, que aún no he conseguido y debe de ser muy peculiar. También sé que existen versos eróticos y burlescos, escritos conjuntamente por Bécquer y su querido hermano, sobre los reyes. Tampoco los poseo todavía, esto lo supe hace poco. Cuanto más aprendes, más cuenta te das de lo mucho que te queda por aprender (yo que entre mis reliquias literarias conservo celosamente una edición de Bécquer del año 1885)
¡Ay, el amor! Excelso monumento ante el cual hombres y mujeres ensalzamos el sentido lírico de la vida.

Reparte tu dicha y la tendrás mayor (P. Bosmans)

Hojeo un Bestiario que me he comprado mientras escucho al susodicho. El Sol de la mañana es frío y sucio como el color de las almas perdidas. No hay casi ruido, podré terminarme algún libro antes de caer en brazos de Morfeo.
Para los escritores, nuestros libros publicados son como nuestros hijos, con sus virtudes y sus defectos.
Mi especialidad, según dan fe mis lectores, es el relato corto de terror y, por supuesto, la poesía. Aprovecho para indicar que mi último libro está aquí:






                                       Sentenciado

Noté que me venía siguiendo desde la rotonda. Parecía un hombre calvo, bien trajeado, de complexión atlética y con las manos escondidas en los bolsillos; yo apresuraba la marcha mientras él cruzaba con recelo cada esquina, persiguiendo torturante mis pisadas. ¿Quién sería y por qué a mí? El corazón se me aceleraba a cada paso; no había una sola alma en la callejuela hacia mi casa y comenzaba a chisporrotear en una noche negra de verdad.
   La estrecha y gris acera parecía interminable. Yo jadeaba y empalidecía de terror. De repente, al mirar de refilón tras de mí, ¡cual fue mi horror!, cuando impactado y pasmado vi entrar a un enano al callejón. Tropecé en tal trance y caí al suelo espantado, mientras observaba como éste rebufaba y hacía toda clase de  muecas grotescas y signos satánicos.
   Me levante torpemente y corrí horrorizado mientras esperaba un desenlace fatal de origen desconocido. Ambos ya habían empezado de correr a toda velocidad.
   El hombre calvo se lanzó contra mí con nervio y comenzamos a forcejear. Entretanto le di una potente patada al enano, que se estrelló contra el muro. Casi inconsciente por los puñetazos del calvo, recordé el abrecartas de mi bolsillo y, realmente sin saber cómo, lo abrí velozmente y le segué el cuello ¡Por Dios, que conmoción! Instante que aprovechó el enano para recobrar sus energías y saltar cual animal enfurecido sobre mí. Pero lo agarré por ambos brazos y lo levanté, con mis ropas ensangrentadas, dispuesto a todo.
   Suplicó, o creí que lo hacía, cuando empuñé mi arma haciendo rozar el filo contra su garganta. Entonces me detuve a pensar dentro de todo el caos de la propia situación, pero quedé espeluznado en el momento mismo en el que de la boca del enano salía la ahogada palabra: Papá...
   Me dio un vértigo y en ese instante desperté: Mi hija de dos años salvaba su vida, despertándome de mi sonambulismo, mientras el horror de mi mujer degollada por mis propias manos se cernía cubierto de sangre a la izquierda del dormitorio.