viernes, 18 de noviembre de 2011

éxodo

Llueve. Sigue chisporroteando. Lloviznando sobre mojado al compás de alguna sinfonía sin fin...
Ya han regresado algunas criaturas fantásticas a mi buhardilla en agradable algarabía. Debo confesar que una elfa de la noche, vestida de blanco, purísima, me ha provocado una erección pero la he metido en el frasco con mi colección.
Le he ofrecido un bucle y me ha dado un beso, yo soy el Duke, no un duende travieso. ¡Toma eso y al frasco!, que luego me la casco.
Dice Bunbury en una canción del disco Hellville de Luxe "nunca desaproveches una buena erección"
Pero la elfa a mí plín, que ya se lo monta con un paladín. A mí me gustan más, según cuáles, las hadas, tienen el culito muy bien moldeado. Lo malo es la purpurina, que te pones perdido y luego estás varias horas flotando en el aire. Es lo que tiene un polvo de oro.

(El boggart me ha quitado un paquete de tabaco, Alfredo, jeje)-guiño.

La noche cristaliza mientras escucho a Sabina. Un gris rojizo a lo lejos, casi negro desde la ventana. Noche de criminales a luz de farola. Sucia y densa, como la mayoría de la prensa. Noche poeiana, oscura, sólo los puntos de las farolas rodeados de charcos. Se está regenerando la atmósfera. Pero están empapadas mis criaturillas... ¡Ha saltado una chispa!, la elfa y el paladín ya han copulado...