martes, 15 de noviembre de 2011

Pareceres

Estaba leyendo la biografía de Osho, el importante filósofo del siglo XX, cuando me he quedado embobado al saber que alcanzó la iluminación a los 21 años, cuando pocos son los que llegan a alcanzarla y menos a edad tan temprana. También quedé sorprendido al leer que Hermann Hesse, el autor del archiconocido  (y de lectura obligatoria en las universidades de humanísticas) Siddhartha, el lobo estepario, Demian... , y premio Nobel, de joven había ingresado en una institución psiquiátrica por intento de suicidio. Parece que los escritores son abrazados de un halo oscuro: Poe, Baudelaire, Rimbaud, Verlaine... y todos los simbolistas y decadentistas. También los expresionistas como Kafka, además de los románticos. Una vez leí que el oficio donde más enfermos mentales había era el de escritor. Pero, luego, lees a los hindúes y, en general, orientales u orientalistas y observas el positivismo, el crecimiento personal (como Tagore, etc)

"Creo que la televisión es muy educativa. Cuando alguien la enciende me voy a leer un libro." Groucho Marx

hada

Un hada, por demasiada información política desquiciada, se ha colado por mi ventana. Dibuja elipses, estelas plateadas y polvo de oro. Pareciese que cae abatida por un ogro, o que escapa de alguna jaula humana. Vuela y revolotea en derredor mío, pero sabe que yo no puedo hacer nada.
Si fuese de carne y hueso, ya resplandecería en mi cama, pero al no serlo por ser maga, vedlo, vaga y vaga... por mi reino el hada.
Es apuesta porque perfumada va de incienso, y ligera aunque truncada un ala; si escapa del infierno, aquí le doy morada. Será mi concubina de una noche mientras le susurro: ¡hala! No es tu mundo ¡hale! que aquí también habita Sade.
Calada tras calada, veo impasible como rueda por la moqueta, dejando una cortinilla de purpurina muy fina, de mil colores... Si fuese un sueño, debería haber despertado ya. Así que me dispongo a tratarle el problema del vuelo con fantásticos hechizos añosos, y en un destello de rubí la dejo descansar junto a mi pisapapeles de Dalí.
Cuando vuelvo del baño, ¡cuál es mi espanto, está ardiendo!¡el boggart la ha desflorado! Junto a sus cenizas hay una nota, escrita con sus diminutas manos, que reza: Nunca dejes de soñar.
Maldito boggart, ya sé quien tiene mis libros de Sade.

boggart

En cuanto atrape al boggart que habita mi buhardilla y me cambia las cosas de sitio, lo meteré en el frasco de los trasgos, para que se lo hagan pasar mal hasta que adivine el nombre de Rumpelstiltskin. ¡Habrase visto cosa igual! Si me quita los libros cuando voy por la mitad. ¡Vaya lío, qué dificultad! Pronto lo tengo que cazar.
Aumenta el matiz del color de las cosas. Amaneciendo está... La televisión escupe política y tecnocracia. Bajo la ventana tengo un cuadro a mitad de hacer. Me quedo contemplando el nuevo amanecer: Una capa de nubes azul celeste cubre todo hasta el horizonte turquesa acabado casi en blanco. Un techo de algodón, que diríamos, alfombra el Reino de los dioses. Y el Sol no existe, es día de lluvia. Me encanta. El boggart está más activo que de costumbre. Cree que voy a caer antes en las flores del mal que en las flores del bien.
El gusano cíclico de la vida y su ambigüedad... Sigue blanco y puro el horizonte. "No empujes el río, fluye con él" dice una frase de la Gestalt.
El cabronazo del boggart me deja propaganda política, porque sabe que yo no voto. Gobierne quien gobierne, ¿ me van a quitar al boggart de la buhardilla?