A través
del biombo oriental contemplo a un hada enjabonándose las alas, de asombroso
material estelar, suenan finos violines de platino en divina coral, de amplia
gama de diamantes orlada, inercialmente me incorporo, y se refracta
completamente su silueta, nada que desdeñar, bella dama, mientras hace
piruetas. Junto a su mascota, un pequeño paquidermo rosa, revolotea como en la
boca de un niño una piruleta, sombra en los ojos violeta porque hay luna llena,
azules las alas por el color de sus gemas, generosas sus nalgas y formas,
misteriosas mieles su vientre y caderas, sus bucles rojizos la espuma
caracolea, sus carnes amarillas de oro centellean, refulgentes, duelo de
titanes, ágora de eruditos pervertidos, enjambres de embriones cósmicos, ojos
celestes, universos vertidos… Y al salir de la bañera, qué trago, en un trasgo
se ha convertido.