Te amo como
para leerte palabra a palabra todo tu cuerpo, sílaba a sílaba cada poro de tu
piel, te necesito mirar, sin ti mi vida no tiene sentido, sólo mirándote late
este corazón perdido.
Te necesito
sólo mirar para vivir, Ruthopía, aunque nunca seas mía; tu recuerdo perdura
ardiente y vivo igual que ese ángel que ha de hacerse presente algún día ante
mí, Ruthopía, y entonces los cisnes junto con las náyades danzarán para ambos
el cantar de la Gloria purísima concebida por el loco vate que escribió un
sueño y se cumplió.
Ruthopía,
amada mía, Rosa y divina,
Tu sonrisa,
luz del día, mimosa y niña,
Ruthopía,
mi camino vía, hermosa se te adivina,
Es pétalo
que tu destino guía... hasta el reino de mi vida.
Caléndula
que ahuyenta los protervos pensamientos,
Sé la cuna
de mi confianza entre lirios azules y cuentos,
Felicísimas
mimosas, traed aromas de vainilla sin tensiones,
Para que,
envueltos en rosas y jazmín de las pasiones,
De lavanda un
fuerte amor proporciónenos relajación.