martes, 16 de octubre de 2012

Cena de amigos


Noche de cena con los amigos, brebaje de primavera designios, intercambio de pareceres y de cigarros mentolados, afrutados, racimos de perroflautas por las fuentes, duendes de pantalones colgando, algunas brujas en vaqueros y chupas de cuero, varios magos más bien abrigados…
Al claror digital de la diana, los unos juegan a ser arqueros, se han cambiado el color del pelo los dueños, los otros bailan rock en el Averno, mientras yo charlo con Alberto (que se le antoja vodca rojo en copa).

Gajo de naranja, espejo de luna, que portas fragancias sin dejarte ni una, perfuma tus broches y runas, que hacen de cada fémina una duda. El frescor de la plaza, la respiración profunda de unas gotas de mujer pantera, la hermana gemela de la chica de la flor, y una tercera en versión años treinta de excesivos labios rojos, corre el humo de un amigote, y bajo la luz de la luna da su serenata la escandalosa tuna.

Ya en casa, musiquillas en flor de los cielos noctívagos, a ritmos de saxofón vuelan los murciélagos, una opereta de bermellón escarabajos, flores de coral y aguas de rocío, cristalino y plata el río, esporas refulgentes por sus afluentes, y ya va haciendo menos frío, piernas de hadas escalan los duendes, en sicalíptico desafío. Brillos rojos, como puntitos en los ojos de los quirópteros, llamean en la noche espesa, encarnada y con pocas estrellas, brillan las polillas alrededor de los rótulos de neón, alumbrando a las más bellas damas desde el retrovisor, de ciudad el jardín de un acuario, ingrávido en su interior.

domingo, 10 de junio de 2012

Equinoccio


Hoy es noche de constelaciones sobre un tapiz de cobre, el portón de las estrellas es media luna nervuda, sombras de primavera salobre, en donde el aire trae azahar que el ambiente perfuma… Abro la ventana y el incienso floral se cuela por todos los rincones, sátiros faunos, desafiando la ley de la gravedad, demostrada por dragones, hacen saltos y cabriolas en vendaval, otros pulsan violines azules de mar, conchas de cristal sueltan sus ecos al viento lunar, y se diría del cielo es una red invisible de perlas alrededor de la Tierra.

Chispas de otros mundos, suerte de otros universos, marcan los pergaminos sus sinos, y cantan las diosas sus versos, de equinoccio ya plenos. Escamas metalizadas de seres de luz, papel cuché destellante de cielo, perlado de luces titilantes y estrellas fugaces, en memoria de los hados, de las hadas y los magos… Cojo un fósforo y prendo a la par el farol e incienso de rosas, y entre otras cosas, se ilumina el bosque camaleón en todo su esplendor, gama infinita de verdes, caballitos de mar, diminutos seres de aire, arroyos de oro líquido y efigies de sal, y más allá, las siluetas de las sabias sibilas perfilándose en las colinas, musicales burbujas fucsia, abanicos de mutaciones de seres cada vez más lindos…

domingo, 3 de junio de 2012

Primavera


Días elásticos como goma de mascar, primavera, que ya llegas, luce tus atavíos de perlas, figurativos plásticos para enmarcar… Boca de concha abierta, son flores tu catedral.
Primavera muda, dice Venus que también te muestres desnuda,  en prodigioso canto de colores, ungüento de mieles de luna, resplandece tu alma de musa que abarca todos los olores. Embriagando en un trino de mariposas zafiro y moscas sonrosadas alrededor de las hadas, colmadas de flores rizos, sobrevuelan los jóvenes paladines sobre los grifos, y de la nada, nacen flores aún más raras…
Ardores de la natura, arrecifes de nata y bellas criaturas, jazmines de plata y estelas de verdeoro tras libélulas en miniatura, claveles en flor, pompas granate flotan a mi alrededor, me fijo en una esmeraldina y miro en su interior, flores de coral de todo color brillan entre una atmósfera que nimba, cual fantasía de labios de un día, nereidas nacidas bajo el signo de la libido portando ramos de rosas y lirios, media reticular de tejido abisal de elfa, fosforescentes los pezones, azulando el agua dentro de la esfera… Gigantescos girasoles afuera, caracoleando trenzas de excelsas adelfas, vuelan hadas tatuadas de corazones y valientes elfas, ninfas sobre ninfeas, ay, primavera, que ya llegas, jardines y florestas de fresa, ninfas ardientes de deslumbrantes pendientes, dientes hechizados de archidruidas con hebras de algas marinas, mariposas amarillas, mascotas sonrientes, escaparate de la belleza… ¡Ay, primavera! Rinde homenaje a la faz de la Tierra.

martes, 29 de mayo de 2012

Dos mundos


Duermevela de Venus, dientes de sable felinos abren en un trino la pared como un telón, para dejarse ver el reino del bosque camaleón en todo su esplendor… Luces que no son de este mundo me ofrecen los detalles del otro, cerezas engarzadas en lianas de nata, enredaderas escarlata, hermosos troncos milenarios, amarillas sus venas, violeta su savia, peces voladores de un solo ojo, verdes coleópteros vagarosos, avecillas cubiertas de una aureola añil y rosa, y encima de mi pitillera, un goblin bueno recoge setas, criaturas traslúcidas de conchas azules se arrastran por la exuberante flora de infinitos colores, fosfóricos bichos dando saltitos, imperio de las flores, de sempiterna vida nutrido… Y el trazado de los espectros del suceder me traslada ahora hasta la impresora, donde una ofrenda floral en el estanque de acicalados cisnes muestra su esbeltez… En el boscaje comienza a amanecer, mientras extraños roedores señalan la otra pared, donde la huella de la pantera violeta dejó otra grieta, membrana dimensional a mi parecer, que con fe en las armonías, abre otra parte del reino ya de día.

Claros de terciopelo, seres raros de cierto pelo, constelado el cielo encarnado, va naciendo el día entre neblina, hoy el tiempo es nublado. Me sumerjo en el bosque del otro lado, y me baño en sus florestas de fábula y sus oasis de ficción, se me cruza una princesa perseguida por un trol, pájaros bermellón a pares, dulces aves, arboledas con garras tras hechiceros convertidos en ranas, caen grandes pétalos azulinos sobre dos duendecillos, tan pronto es de día como de noche en este bosque, brillan amarillas plantas membranosas, juncos de luz, brotes de ovoides crisálidas luminiscentes en las ramas, esferas naranja por tallos, gusanos con ojos por plantas, mientras un globo aerostático, por gnomos construido, pasa demasiado cerca de un ogro el oído, verdor en todo su fulgor, escarabajos carmín montados por seres imposibles, entelequias hechas vida, bello hábitat en pleno hervor, mariposas semivisibles, el segundo bosque también es poesía.

viernes, 6 de abril de 2012

Siesta

Hoy Mandolino ha dormido conmigo la siesta, cual peluche de vida manifiesta, almohadita blanda persa, de ternura hecha. En forma de ovillo, ¡qué tierno, Mandolino!
Ululan ritmos y música las sibilas cantarinas, noche sin luna, noche tranquila. Canto de sirenas varadas en mi barco. De escarcha restallando rocío en la ventana, junto al estante la copa de gincana; desde dentro de una concha tostada sale un cangrejo y me manda un beso… Lo reenvío hacia el farol y se ilumina la habitación, de estrellas dignas de su color, burbujas de brujas púrpuras, los cómics cobran vida en la buhardilla, bellas damas heroínas dejando una estela turquesa de purpurina, cuelgan lianas con capullos luminiscentes y dos goblins andan cazando más lejos, tras el gigante conejo, allá donde varias elfas juegan a soñar que están despiertas… El cactus esponja, la planta ámbar, haciendo yoga las tres damas de plata, senos turgentes, pezones de brillo escarlata…

domingo, 1 de abril de 2012

Sesión de jazz

Sesión de jazz en la buhardilla en mitad de la noche, acústicas suenan las piedras del bosque, una mezcla de camello y canguro de precioso azul oscuro, porta ánforas a los goblins junto al ciprés maduro. Roncan, se diría, todos los seres sus epopeyas en mi buhardilla. Y unos ratoncillos vestidos con frac bailan claqué en las estanterías, estrenando la comedia de duendes payasos dándose tortazos, en la feria de la imaginación. De las camisetas mojadas de las hadas, de las medias de las elfas, de las rosas holográficas añil, pétalos de flor de lis, magas con licor de menta, alfombrado el suelo de tiernas adelfas. Tríbadas en tribu salen por las florestas, maquillaje en los pómulos, trasponen antenas la luna llena, brebaje en los glóbulos, y a lo lejos amarillea…
Un violín lagrimea varias notas rosa fosforescente sobre el farol y su temple, una uña de dragón y se enciende la vela complaciente, estrellado el cielo completamente de ninfeas fucsia, vuelan semidesnudas tres lumias, sombra lunar en los ojos, los duendes corretean por entre la colcha de mis antojos…
Y la mosca tse-tse merodea por mi conciencia, mientras leo cómics y diseño viñetas.

domingo, 25 de marzo de 2012

Nubes divinas

A la tarde caída, sólo mis dulces nubes divinas resplandecen con fuerza por la jornada de un día, seres plenos de vida, flotantes y algodonosos mundos… Abajo, la tierra de un domingo, los petardos de los críos, las películas antiguas en el salón, pero ¡el claror divino, las nubes resplandeciendo, un mar en el cielo, oro puro, diamante eterno, en cegador jugueteo, orbe etéreo… Y su fulgor! Oigo la puerta, se trata de una elfa, es mi tía, que viene de hacerse una densitometría.
Sigo absorto en la admirable caída de la tarde, orquídea de pétalos ámbar, que entre destellos azul y grana, las nubes se desgranan. Ahora es un fragmento del Edén despidiendo rayos por doquier, velada por enormes algodones añil, expandiéndose sin fin. Las marcas de los aviones son finos láseres blancos, y el azul tiende a cubrir la venerada gema de luz…
Un cometa cárdeno corta el mármol y, en ese instante, brotan corazones morados sin desdén, haciendo del cielo oscuro un bello violeta a pincel.

Xilofón prodigioso de la noche sabia, luna creciente entre la bruma, claveles en claves de notas, del árbol de la inspiración su savia, luna creciente de cascabeles brotas, cual perla oscura. Saco la pluma y me corren duendes por los diez dedos de los pies, es el fuego de la tinta y las gotas por la sien. Galaxias, más de cien… De una luna de yeso, ya preso, inmerso en las danzas de las nereidas sin sueño, que mantienen estropeada la impresora, en un serafín risueño que me enciende el farol a esta hora, para que emerjan los seres fantásticos de mi alcoba.

martes, 20 de marzo de 2012

Como hijo de Argos

Media luna menguante, imagino que aún no he despertado, abrazado a un par de vestales, ellas sensuales y tríbadas, yo como hijo de Argos, igual que esperando en PuertoVenus a un androide y que luego vengan dos clones, sabiendo que sueñas y sin querer despertar, cuelgan las lianas de nenúfares de cristal y corre el agua por el arroyo de cables, luengos gusanos, blancos y negros, bajo el escritorio. Los halos de humo cárdeno del promontorio, sobre el anaquel desgranan fuegos fatuos flores de loto, claveles mágicos de alabastro, mientras duermen tres gnomos en un peñasco. Media luna cornuda, dime que no estoy soñando, cuando veo desnudas a un grupo de hadas haciendo yoga entre ninfeas y rosas, ¡ay, noche roja, que te me alborotas!
Rosas, crisantemos, violetas, pensamientos, geranios… y demás flores no menos bellas, cuyo nombre todavía desconozco en el balcón, despidiendo como un tul aromas hacia la línea del horizonte que, en el albor, se desvanece en infinito transparente.

martes, 13 de marzo de 2012

Hazaña

Hoy he dormido por mí y por todos mis compañeros, como decíamos de pequeños, el azul rosado del cielo contemplo mientras escucho urbanos versos, alturas tornasoladas de acuarela, aún duerme mi gnoma abuela, entre otras cosas prendo incienso de rosas, suave y manso amanecer…
Planeta de luz viva, ¡vibra!, hierve el sol del mediodía. Fotones blancos sobre un mecano gigantesco y formidable, redes de cables, bruñidas bandadas mate, colcha granate que mueve el aire, y en tu gracia de mañana luces de arte, de ropa tendida que nimba un caleidoscopio sin límites. Mañana de luz viva, ¡vibra!, que hierve el sol del mediodía.
Gorjeo matutino, lira de Orfeo, de mármol el cielo y un sol intenso, y al calor acude una víbora de Gabón, gigantescos tentáculos como de ciencia-ficción, y le da muerte un victorioso paladín con su espadón, flotan pompas púrpuras en el aire triunfante, chispas de neón rojo eléctrico entre los cables, las piedras del bosque sonríen intocables, y hacen gala del mayor galardón, peces turquesa voladores, salamanquesas tricolores, burbujas encinta de flores de lis, bayaderas admirables orladas de ingrávidas libélulas, madreselva en plena celebración. ¡Himeneo, himeneo! -gritan los seres fantásticos, al compás de arpas de cuento.

jueves, 8 de marzo de 2012

Contrastes

Un témpano de amatista pura se diría que cubre el cielo, amarilleando a lo lejos… Amapolas, polen de las diosas, ahumadas cristaleras por olas; corro la cortina, luz cegadora, urbanitas torres blancas de cemento. Se ha derramado el líquido oro del reino celestial hoy, haciendo de la ciudad un limbo etéreo y magnífico a la vista. De repente, se cruza un ave de plata, y le siguen otras tantas en ligera bandada, allá sobre la techumbre de las desvencijadas fábricas. Y, en la misma línea que separa dos mundos, juegan a cambiar de color, pasando grácilmente de la luz a la sombra, una y otra vez, entre un teatro de palmeras y de alondras, mientras me tomo el café.

jueves, 1 de marzo de 2012

Cataratas de luz viva

Juglares de la jungla, ingles depiladas de las hadas, salvajes goblins con taparrabos, sobre las tumbas heladas sus débiles cantos. Árboles de cuento y piedras con finos ojos de horror, piafa un kelpie a lo lejos, y un haz de láser me enciende el farol. Mil estrellas flamean, se hace el día de repente de manos del Hacedor. Noche crecida, brote de Sol y, cual gaviota de mármol, parte el avión, blanquísima ave en contraste bendecida, hija de Dios, hacia lontananza, donde en máximo color, despunta ya el alba.
Monumental masa de mil espejos fluctuantes de agua de oro y de diamantes, vidriera de luz de la mañana, griterío de locos bajitos en el recreo de su pausa, floresta viva de acacias divina, que un cielo de limpidez desgrana, brilloso de campanillas distantes…
Cataratas de agua de luz, zafiro claro por bóveda, melodía de blues próspera... Escena superior y brújula del interior. Dos nubecillas irisan el cristal de mi ventana mientras avanzan, muy lentamente, desde la derecha de la estampa. El sol, al cénit, las vuelve nenúfares sobre un estanque flotante. Y abajo, toda la ciudad es oro y marfil resplandecientes...

domingo, 26 de febrero de 2012

Noche de café, saxo y lecturas

Ninfas de los ardores, enriquecidas sus figuras por el bello arte de la poesía, su ungüento me quitó el dolor de riñones, y vago etéreo cual insecto a la sinfonía. En el interior de mi buhardilla, la hiedra y las amapolas verdean el añoso reloj de pared, dos centurias a lo menos, recuerdo de mi abuelo; a la izquierda del plasma trepa un lagarto de zafiro azulando de espejos rojos todos lados igual que una esfera de discoteca; la música es tan estridente como el naranja chillón de los ofidios por la alfombra de tiernas adelfas. Tres gnomos recogiendo setas. Claveles y cables blancos de sierpes ciegas entre la moqueta, césped de la belleza, y yo huésped humilde de los jardines del mundo. Delicias de lo mágico del Demiurgo.
En el calor de mi buhardilla, flota el incienso igual que los engendros en los tebeos, esbozando formas de elfas y peluches con vida. Pétalos de agua de cristal a los pies de la geisha del tapiz lateral, miro de la ventana a su través, enésima luna y altar, que somnoliento me ves.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Detalles

Cerditos de chicle de fresa, los ojos saltones de una rana de plastilina con un puro sobre Alicia en el país de las maravillas, su croar expresa, el verdeoro de la naturaleza en el interior de mi buhardilla.
Sicalípticas escenas de hadas orladas de plata y polvo de oro junto a la titilante estrella del farol, que cuelga en medio del mundo fantástico de los santos azules y pájaros, rocas con ojos entre el florido paraíso sin fin.
Luciérnagas en vela, que ilumináis mis tareas, que el farolillo desprenda su miríada de estrellas. Dulces elixires de melocotón para mis amigos, chicles, deliciosos caramelos de café, madrugada bruja y hada por hacer, chistes…
Amanecer blanco y bello, amarillento y lleno, de diminutas nubecillas a la acuarela, azul claro y aves color ciruela. Dedos de luz acarician el arpa multicolor del acuario en vela. Submarina vida amarilla de algas blanquecinas, pez magenta sonriente, musgo de matiz delicias, tras el coral los duendes; el azul puro de piedra de agua, los más chicos, limonados, ambarinos; más cerca, el pez araña, y radiantes, como un collar de perlas, los atigrados a su ritmo, encarnados, a manchas negras, que a su lado, hacen los hados sombras chinescas.

domingo, 19 de febrero de 2012

Domingo de asueto

Domingo, día muerto de los momentos, último llover de la semana, homenaje al hastío y a la monotonía del domingo se diría. Nadan luctuosos los peces del acuario, mientras busco la luna y no la veo por ningún lado. Sólo danzan bajo el plasma las bayaderas de raza del lago. Poco a poco, los violines cristalinos de las sibilas silban con los violáceos chelos en sinfonías de cuento. Me entretengo en el volar de una mariposa azul,  y una vagarosa burbuja se eleva flotando hasta prender el farol, estrellado despidiendo una amalgama de luz, alguna bruja buena me quiere dar calor. Incienso de almizcle en pleno albor. Tréboles de brillantina sobre cuché brotan cegadores en una chispa, bailan claqué dos alienígenas, entre destellos fucsia tres lumias juguetean al deseo y la pasión, mas se evapora la rubia cuando me roza un pezón, la morena permanece, inmóvil e ignota, mirando el cactus, bienhallada, ¡si es de Erasmus! Hada con tejanos y camisa a cuadros, suspenso en el aire el carmín, sonrisa de puro marfil, duendecillos verdes con regalos, alegoría sin fin, y deseo de los hados.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Futurama

Ateridos por la ola siberiana, hoy he ido con mis amigos a Futurama, de compras también por librerías y dejar un rato la buhardilla. He visto dos que me recomendaron un día y perdidos en la memoria los tenía: “Dios vuelve en una Harley” y “el mundo de Sofía”. De vuelta, desafiando a la ventisca, mar de cómics, noveno arte, también miniaturas y bellos detalles. La mejor tienda de cómics de mi ciudad. Amplia gama y variedad, dibujos preciosos, curiosidad… Mundo de magia en tinta real, explosión emocional, recuerdos de la niñez, una nave espacial en aerógrafo y pincel. Preciosas damiselas y héroes gloriosos pintados por los mejores artistas, dibujantes admirados, lindos bosques de hados, androides y hadas a la vista, naves tuneadas…
Piedras lunares con formas de delfín azul añil, burbujas de cristales verdes y rubí, ¡por Ishtar! -como diría Conan-, al boggart le he perdido la pista.
Se dice que "el perfume", de Patrick Suskind, es de las mejores novelas del siglo XX, estoy de acuerdo, y la recomiendo. Por cierto, me he leído "Platero y yo" por enésima vez, es tan tierno y colorista...
 

domingo, 12 de febrero de 2012

Luna llena

Noche de dicha entre mis amigos y la risa, conversaciones blancas, muescas caricaturescas en las caras, y de farola la excelsa luna llena.
Estoy pintando cuadros al estilo de una viñeta de aquellos antiguos tebeos de “Manolo e Irene” pero en grande, con lo cual me puedo recrear en pequeños y graciosos detalles. Son eróticos. Y, a duras penas, termino el del cyborg encapuchado. Deben de haber sido los dragones, tengo un dolor de riñones.
Luna llena, hija de Vesta, nívea esfera que al cénit deslumbras, plena luna, perla que de blanco alumbra, silueta siniestra, hija de Vesta, redonda allá en tus alturas, ¿quién no te mira, quien no te besa en tu blandura, en tus bellas dehesas, dotadas de hermosura, delicadeza?, misterios de la destreza, fugaz destino de los poetas. ¡Ay, Luna llena!
Libélulas azul y azabache alrededor del farol, libros nuevos en el interior, un colibrí junto a mi pisapapeles de Dalí, el retrato con mi hermano… ¡Ahora que recuerdo! Tengo cita con Pitia, a razón del oráculo de Delfos. Es el miércoles, aún tengo tiempo.

Los siete velos del amanecer azulan una larguísima nube mansa, los puntitos ambarinos de las ventanas comienzan a florecer, aún en penumbra, notas en verso, del alba preso. Calor en las espinillas dentro de mi buhardilla. Una gaviota sobrevuela el campo de antenas. La nube queda e impertérrita, mientras se torna rosáceo el horizonte. Se funde en púrpura y brotan bandadas de aves tornasoladas. Rosetón de algodón divino, pajarillos de platino, que su trinar adivino. Cientos de estrellas refulgentes doran la enorme masa urbana.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Hadas

Guiño creciente de gajo de perla, de luna abrazo, astro loco, casi llena, broche de luna, de la noche diadema. Estrella blanca, emisaria del blues de la madrugada.
Luengos nimbos rosa fosforescente rotulan versos en el horizonte tras la siesta, declinan los colores vivos de los edificios en penumbra, ambarinas manchas de algodón sobre mármol de cielo añil. Ya brillan las farolas en la oscuridad de las calles. Y tienden guirnaldas de rosas de las hadas su aureola. Mariposas grana y nenúfares de marfil. Se abre un telón rojo pasión, y dos nereidas retozan a su antojo en el estanque, vuelan peces azules y pajarillos a la par, y en un instante, los goblins me encienden el farol.
¡Danza, llama, danza! que eres el alma de mis andanzas. Elemento libre de la natura y foco de las miradas.
La plata de la noche brilla en el café templado, mientras mi abuela charla con otra gnoma de su edad en el salón. Los peluches vida van recobrando, lentamente, como el pisapapeles de esfera de nieve. Machupichu al fondo, proyectado por una druida, hágase en el juego melodía, y el altavoz desprende cantautores desde el ordenador. La hoguera de tres hadas mi presencia reclama, una rubia de ojos azabache y piel tostada, otra morena, cabello rizado, ojos verdes esmeralda de isla paradisíaca, y la tercera pelirroja y brava, labios carmesí, mientras me pongo el pijama.

domingo, 5 de febrero de 2012

Duermevela lunar

Duermevela lunar, ola de frío polar en las costas de azahar, dando su soplo frío contra cualquier desafío, ambiente invernal, que las musas ya se tienen que tapar, manchas de tinta en la luna, cerca de una semana dura.
Teclas del piano de la noche violeta, puntitos de velos de hadas zafiro, en esbeltos cisnes y sirenas varadas me fijo, refrescantes estímulos, salpicada mi morada de hogueras y calor, salamanquesas verde turquesa se deslizan por un rincón, ingrávidas medusas cárdenas transparentes flotan entre el aroma de una flora de cuento, jazmín, romero… Fauna singular, sin duda, ¡cómo roncan los dragones y las brujas!, pajarillos trasnochadores me desvelan dibujando elipses fosfóricas infinitas, animalitos amarillos de otros mundos despliegan estelas celestes y luego se sientan en la orilla de mi buhardilla como pequeños titíes de color verde oliva.
Duermevela lunar, maravillas del otro lado del espejo, inagotable fuente de incienso, racimos de gemas de mar, fragantes cristales de espuma de playa, infantes duendes de sal, que aún sueñan con la magia.

viernes, 3 de febrero de 2012

Mudanza (días atrás)

Despierto en la habitación de mi abuela, desde la cocina contemplo el amanecer mientras me hago el café, arrecife de algodones rosa extendidos sobre una bóveda de diamante azul claro. Temprana estampa que ilustra el nuevo día, maravilla de poetas, echo un ojo a mi buhardilla, vacía y yerta, curadas las grietas con masilla, sólo falta pintarla color crema.
Instalado en el salón, enciendo la tele, mi abuela duerme, el listo de Mandolino donde más calienta, junto al calefactor, a los pies de mi abuela, yo dejo volar la pluma adonde quiera. Rodeado de cajas y almohadones, ¿ladrará hoy de nuevo Mandolino a los pintores?
Música clásica ambiental, finales de Enero, el reloj me volvió a hipnotizar junto a las dulces baladas de Morfeo. Gracias de rosas rojas al oráculo de Delfos -guiño.
Amarillean de espejos ya las ventanas de los edificios, oro blanco puro, más brillo, alma de sol propagada, puntos de purpurina, bostezo de la mañana.
Mar de sol y océano claro de cielo, luengas palmeras tras el colegio, juego de roles del verso, mediodía pleno.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Noveno arte (días atrás)

Un fragmento del adagio de Albinoni me despierta en el salón, ya clarea el día, pitan los coches, los pájaros trinan. Cualquiera diría que el lustroso péndulo del reloj de la pared me hipnotizó durante una noche entera. Hoy toca pintar la buhardilla, repleto de cajas y sillas está el paraninfo y las ninfas… Una salamandra verdinegra chic me enseña réplicas de Sorolla, de Alacreu, de Matisse…

Los peces andan inquietos dibujando torbellinos entre un musgo oro y diamantino. He recibido un regalo tardío de los reyes magos, noveno arte, cómics editados en su formato original japonés, con sentido de lectura de derecha a izquierda, el que estoy leyendo, la plumilla es una perla.

Incienso oriental y perfume de rosas en el balcón, geranios, una vela de canela, aroma de los cuatro vientos, fragmentos de una rosa holográfica carmín y negro, los infantes en el recreo, soñando cuentos en el patio de juegos, como una amalgama de enanitos de todos los colores portando utensilios fosforescentes de más gama, que invitan a la contemplación visual igual que los pececillos del acuario, correteando de un lado a otro, saltando, conjugando colores nuevos en sus choques, destellos rosa y esmeraldinos, chispas azules sobre flora blanca, cárdenos, amarillos, rojo chillón, el carrito de un niño, verdes gemas, otros, rosa chicle, las mochilas, ambarinos, limonados neón, duendecillos gritando libres en el polícromo patio exterior.
Mandolino protesta porque no conoce al pintor, nubecita mansa que se asusta de su sombra, quién diría cómo ladra, cuando entran en mi alcoba.

lunes, 30 de enero de 2012

Retorno feérico

Llegan en avalancha las criaturas fantásticas a mi nueva buhardilla de bucólica estampa. Ya vuelan los peces dejando una estela verde de polvo, que se transforma en un instante en azul y rojo, luminiscentes como el oro del amanecer. Llegan en tromba con sus largas trompas los insectos gigantes fosforescentes; las salamandras, burlonas, trepan la pared en un contraste de turquesa sobre amarillo crema. Una araña escarlata llena de pelos me roba un cigarro, mientras un ogro se come un gusano; por entre las violetas, dos goblins me encienden el incensario. Los cactos al otro lado, junto a la caricatura de una planta carnívora y varios dragones naranja atigrados, debajo de las proyecciones y el acuario. Flamea su magia el farol. Y a su alrededor vuelan las hadas y los hados. Ya duermen los gnomos y los trasgos. Los infantes élficos, los ancianos…
La flora rezuma color, la fauna excelsas formas, pulsan la lira las diosas, jazmín es el olor. Más musas tornasolando de añil y azul prusia la habitación. Platean destellos de escamas verdeoro bajo el plasma apagado. Me esmero en el decoro y el iluminado. Corolas digitales y pistilos brillantes, buhardilla en flor.
El molinillo de agua y cerezas cerca del cobertizo, donde dócilmente me deslizo, entre las hojas tiernas del arroyo, la melodía de la noche en coro, piano, Chopin… Me fumo un puro cigarro para celebrar que ya tengo el ordenador reparado.

viernes, 27 de enero de 2012

En mitad de la noche

Destella en oro el blanco de los edificios, el cielo es puro mármol azul, gorjeo matutino, lira de Orfeo, fondo marino de celestes veleros, desde mi tragaluz, esplendoroso sol iluminando todos lados, amanece bendecido de brillo el día. Proyección en armonía de los hados. Ricuras de mi buhardilla.

Al alba despierto, inundado de sueños, que a su antojo bailan un momento, orbe onírico de Morfeo, cielo negro, casi mate, no me pierdo en sus detalles, un orfeón de serafines lindos deleitan la vista y el oído, azulinas piedras del acuario, musgo verdoso, un pez negro como la noche con una mancha perla de luna, estirados y amarillos, a rayas, de los violines al ritmo, níveas algas, el bloc de notas y la pluma, ideario plasmado en la bruma… El incensario en penumbra, vagas fragancias de romero, terciopelo negro igual que la noche de azabache, montones de libros y el globo terráqueo, Mandolino durmiendo tiernamente a los pies de mi abuela, centelleos púrpuras, Vivaldi, reflejos plata del cuarzo sobre mi escritorio, elipses de hadas sobre el promontorio, violáceas en luengas estelas, haciendo de magia rosa giratorio nublo de estrellas, desnudas las rojas, sin ropa las otras, destacando la más bella y ardiente, que baila la danza del vientre. Vibrares de alas como sonajeros, oscilares azules claro, vaciando el tintero en el lago, junto al estanque de nenúfares blancos de la impresora, las nereidas retozando a estas horas…
Afuera chispea, y los charcos platean sin saberlo las calles de quimeras, a estas horas, las sibilas silban desde una gran aureola, mis mejores libreras, entre círculos de palomas e hilanderas. Tejedoras de los sueños vestidas de seda, togas de mil colores las hechiceras, encienden del farol la vela, mientras mi café contempla su escena, cisnes esbeltos acicalados de gemas danzan al compás de una música eterna, diamantes radiantes de agua cristalina, destellos fucsia y escarlata, amarillos girasol, cien lunas de plata, mil pétalos en flor.
 

miércoles, 25 de enero de 2012

Nave Fénix


Resucita mi buhardilla de color crema amarilla. Goza el acuario de fabulosa vida submarina. Los peluches de reojo a los pececillos miran. El farol brilla. Las proyecciones azulan la pared lateral con fotografías de hermosas ciudades, rimas estelares. Serie en la televisión junto a un peluche rojo que es un tomate sonriente. Yo diría que falta rellenar la librería, caleidoscopio de adelfas, pleacielo de incienso vidría la buhardilla, burbujas diamantinas y delfines besando al Sol en cada salto, filigrana de la gracia, azul y escarlatas aguas encanto, junto a dos cajas, plenas de libros, libritos y libracos.

martes, 24 de enero de 2012

Rosales blancos

Rosales blanquísimos de fotones, reluciendo la cal de las casas a media mañana, rodeado de obras en la habitación-barco de mi hermano, que se me antoja que a veces zozobra. Oro cegador del día, precioso y pulido cielo de pleamar se diría, enciendo incienso de mirra, mientras sorbo el café con templanza divina. Clavel claro del mediodía, destellos magnos de azules orquídeas, designios mágicos del rey astro en armonía...
Escribo a ratos, ahora sí, en papel y tinta, inspirado en mis traslocadas musas preferidas. Bruñidos de bronce puro, los alabastrinos edificios contra un azul prusia bizarro que deslumbra concomitante. Vuelan las ninfas orlando de guirnaldas carmesí mi ventana. Ojo de buey que hoy me trae esencias de mar grana y olor de áloe. Aún siguen con sus quehaceres los pintores.

lunes, 23 de enero de 2012

Tarde soleada


Tarde blanca esplendorosa, cual níveo cisne de plumas rosas, cual grácil y bella paloma, oro blanco en los edificios ahora. Me fumo un cigarro mentolado en la habitación de mi hermano. Vuelan las aves en lindas miríadas plateando guiños cobrizos en el firmamento. El trinar de los pájaros es como una musiquilla celestial... Delfines azules danzando sobre olas de cristal. Esferas verdes caracoleando de ópalo en el pisapapeles. Violácea lluvia de gemas de ensueño...
Declina la tarde en maravilloso mármol infinito, diamante puro del día gastado, tararean canciones los hados, mecen las elfas a sus hijos, miro el reloj de cuarzo mientras el cielo se torna cárdeno, serenamente, como una pared recién pintada que se va secando, lentamente, sobresaliendo el azul a ratos, el rosa más a veces...
La antigua alcoba de mi hermano está decorada igual que un barco, hay un tablón con los principales nudos marineros, entre otros detalles, la rosa de los vientos... Es el lugar más silencioso de la casa, y donde mi abuela descansa. Ventanas como viñetas abren sus ojos en los edificios de enfrente. Guiños y muecas de los hogares a la venidera noche. Una película en cada ventanal diferente, estrellas ámbar y azulinas perlas por broche.
El aroma de canela de la vela entona fragancias nuevas, al tiempo que, violeta y negra, la noche se cierra.

domingo, 22 de enero de 2012

Acuario


Píldora lumínica de la mañana henchida de flores de sol, despierto en el sillón del comedor, es domingo, siguen los pintores con la renovación, ya no les ladra Mandolino, porque sabe que su morada van a dejar mejorada. Es lo que cuentan las hadas, de luz turquesa y lila junto al bello acuario. Enciendo incienso de eucalipto mientras voy por un refresco bien fresco. Abre un maravilloso mediodía dorado mi diario. La hipnosis del enorme péndulo del reloj a la noche se ha convertido en algo ordinario. El incensario humea manso, indicando la lira perdida de las sibilas con luengos halos. Con el ordenador estropeado, los videojuegos al carajo, pero casi me entretiene más contemplar a los gráciles pececillos danzando como bellas bayaderas cárdenas entre las azulinas gemas de piedra y el verdeoro claror del musgo, vida submarina amarilla sobre celeste y magenta cartulina, besando burbujas de cristal puro escarlata entre las algas, taciturno el pez araña, buceando veloces de mil colores los demás... Negro azabache de blancas manchas, azules y rojos a rayas, naranjas tiznados de grana, violáceas las aletas y fucsia las escamas, manchas diamantinas y doradas, uno carmesí pequeñín que parece que se ríe entre níveas rocas salpicadas de esmeraldas, excelsa flora, preciosa fauna... Parece, incluso, que cantaran una melodía vaga, y lejana, son las nereidas desde las cajas, templando de las diosas el arpa, suena rock, se rebelan las sibilas, salgo al balcón de semejante orgía.

sábado, 21 de enero de 2012

Réquiem por un pentium


Con el ordenador estropeado por el abuso de tantos hados, escribo al aire libertario desde el salón de al lado, un pequeño portátil que mi amigo Juanluis me ha dejado. Las cajas invaden la estancia, mudanza de hadas, los trasgos ocultan mis trastos, estorbo de tantos. El acuario manso y el cielo azul claro en la tarde. Hemos comido con gusto en situación tan poco agradable. Se abre en vetas diamantinas la marmórea boveda celeste, níveas estelas de metal recorren el cielo, añil en acuarela celestial, amarilleando oro en el horizonte entre las firmes antenas, quedas, como sin alma...
La buhardilla sigue vacía y el paraninfo pleno de ninfas, las hipnosis del péndulo del lustroso reloj de pared son imperiales, como eternas las siestas de mi gnoma abuela. El tierno Mandolino hoy ha dormido conmigo, a mis pies, notaba yo al peluche blanquito, que me daba la vuelta en la cama cada vez.

viernes, 20 de enero de 2012

Zanco Panco

Cae en añil el ocaso mientras vacío el cenicero, vuelan los fantasmas del pasado hacia otros versos, los cactos riego, la pagoda bermellón, diosas del cielo, Golem de la noche y medallón, ensueños y desvelo… Meigas de mermelada me encienden el farol, Mandolino ya está durmiendo, anaranjado el cielo casi rojo, dejo el juego de rol, que me estaba aburriendo un poco, pitonisas con prisas en la televisión, y por el día culebrones, cuales llamaradas de grotescos dragones; aquelarre y fogones, hechiceras y magos vagos, fuegos fatuos y estatuillas de marfil en derredor, el códice de los hados me enciende la chimenea, moscas turquesa de neón sobrevuelan la estancia con gracia, Zanco Panco se menea, elipses de hadas nereidas con collares de esmeraldas, junto a la impresora los gnomos recuerdos atesoran, peces de guirnaldas ondulan en el agua, al lado un sabio tallado en caoba, desgastado y con una pieza rota, arcángeles irisados hacen sonar sus notas...
Tokio de noche, enjambre de luciérnagas, Egipto de día, pirámides del mundo maravilla.

jueves, 19 de enero de 2012

Oráculo

El oráculo de Delfos y las formas de las diosas, guirnaldas de elfos que llegan ahora, presurosos de caramelo con sus coronas, bajo la diadema de mil esplendorosas rosas carmín. Días en que los niños pueden disfrutar los regalos de los Reyes Magos, con mi amigo JuanLuis he charlado, lo poco que las musas me han dejado. Tardes de disfrute y regocijo de los hijos son las luces, adelfas del bien, partida de ajedrez, ovalado desde el acuario me mira un pez, cambiando de color el cristal a su través, los peluches pelean por chuches debajo y, surrealista, me saluda un ciempiés con cien manos, abre pronto el mundo de los hados, mientras vuelo a lomos de un puca, escudriñando todos lados, o quizás no cierra nunca.
Lamparillas ideales para delectación sensitiva junto a la ardilla, un petirrojo, un cuclillo… animales de la vida en mi buhardilla. Arvícolas, tiernos corzos beben del río, fulgor de flora, verdor en brillo, también el farol flamea a esta hora, en que los niños juegan con soldaditos…

domingo, 15 de enero de 2012

Octavo arte

Al cénit, la luna esconde el códice de los sueños, en el tablero cresta de ónice sobre mis bocetos, la videoteca repleta de juegos, octavo arte, que entretiene mis desvelos. Amapolas silvestres de fragante aroma alfombran mis florestas de cuento, Andersen y los hermanos Grimm, como infantes en el recreo, salta un delfín…
Voces negras y héroes de arte octavo, tono sepia en grandes halos, verde el prado y dorado, musiquilla country cerca del lago, el cobertizo del cárabo junto al viejo álamo, cruce de caminos entrelazados, balada enzarzada de retazos que, entre susurros, cantan los hados. Claraboya del mundo, ojo a espera, desata el nudo de nuestra esfera. Cristalera de ámbar puro. Aparador de las almas…
Ondas plateadas, vibraciones de cristal, templadas las liras de las hadas sobre un estanque minimal, la grácil sonrisa de algún bello animal, que armoniza la brisa cálida de mi hogar.
Sin prisa y sin pausa, sigue mi pluma su pauta, como la lechuza y la ardilla, que desmenuzan en juegos las fantasías de mi buhardilla.
Cielo encarnado, como de lluvia, filigrana coral del acuario, farol en flor y Venus como corolario.
Mariposa de amatista y adelfas granate, piedra de cuarzo blanco junto al tintero, manuscritos, proyecciones irisadas circulares, mar yerto en todos los lugares, murciélago proscrito y sereno… Tierras virginales de inmaculadas hadas en vorágine entrando en Enero.
 Cascadas de linfos cristalinos entre ruinas aztecas y helechos, cañas y caras en las piedras, en la espesura de la jungla. El rumor del agua y del musgo, florecillas color rubí, brillantes cuales gemas perfectas y el camposanto verdor de la arboleda. Efusión que silba el torrente entre las antiguas ruinas, maravillas de civilización precolombina.

jueves, 12 de enero de 2012

Chill out

Enciendo incienso de jazmín en mitad de la noche, duermevela lunar, astro de joya broche que va cayendo… El candil prendo en mi velar y la vela canela del salón, amarillenta la luna, se desvanece en su rincón, como una moneda de plata apagada. Muere la madrugada, ya duermen las hadas. Sueñan los elfos con grandiosas hazañas, surgen las polillas y las arañas… Sirven querubines al alba, con las liras templadas, en coro celestial y arpas doradas. Las diosas hacen yoga, de jaspe rojo en su morada.

Aún cuelgan adornos navideños, iluminando las baldosas del suelo mientras paseo, los duendes jugando a sus juegos, diversión, propósitos de año nuevo y, en la evasión, la luna plena contemplo. Aún aderezos en los balcones y las cafeterías, el teatro de las efusiones destellando todavía. Destellante como la luna manchada de tinta gris, blanco astro de marfil, perla aterida de Invierno en los arrecifes de la vida, luna llena, diana de mi mirada, luna elevada, que alumbras la noche cerrada.

Cadencias de acicalados querubines vívidos en el seno del ocaso matutino… Chill out crepuscular. Despiertame Mandolino en mi hogar. La lumbre arde, a encender el farol me dispongo cuando veo un ogro, que llega tarde. Intercambiamos frascos de sagrado aire, como hago con los trasgos, suspiros de princesas, detalles…
Inyección de pluma, aire de las tierras de las musas, tabaco de menta, incienso de eucalipto, el ambiente refresca un álbum de Egipto, y me hundo en las maravillas del mundo.
La pagoda bermellón me cautiva, esencia viva, y escudriño hasta el tono de barniz, miniatura linda, madera gama de rojo tapiz...
  

lunes, 9 de enero de 2012

Miniatura

Luna de cuento, círculo amarillento, huidiza entre los nimbos grises vas cayendo… Perla y secreto, brillo en la noche y lamento, advenediza hija perdida de los excesos, excelsa luna llena, bella de serlo.
Luna rasgada de espada y brujería, amada mía, siempre contemplas mi humilde buhardilla, desde lejana argenta tu orilla. Donde pacen pececillos azules y rojos, rayados bermellón, y añil a manchas, en procesión de colores toda la gama de sus escamas. Corales cárdenos y verdura de algas, puro blanco de flora submarina en el acuario, a su lado una pagoda escarlata de madera en miniatura, rodeada de mariposas y trepadores índigos, trabajo artesanal de altura, precioso marco como pintura. Mandolino se pasea por el pasillo, mi abuela gnoma en la cocina y yo escucho blues en la buhardilla, mientras mis libros cepillo. Ya vienen las sibilas por el camino, a dar gracias a lo divino. Ya los apuestos elfos marchan junto a los paladines, y de las flores se ve el progreso en los jardines. Algún duende preso y varios trols adivino. Restos de turrón y algo de vino.
Ya he recuperado Alicia a través del espejo, en papel y con grabados de tinta, qué delicia…

Enciendo incienso de almizcle, mientras las luciérnagas silenciosas de la ciudad rompen a brillar, luces de navidad, centellas en mil fragmentos de diamante ígneo sobre un suelo alabastrino.
El cárabo y el reloj de pared marcan la hora de la magia. Platean lagartijas verdinegro cerca del perro de felpa. La bóveda del farol desprende geometrías armoniosas, su llama en flor centellea preciosa. Ríen las diosas. Esferas amarillas traslúcidas burbujean de insectos purpúreos, estallando al cénit en palomas blancas de mechones cerúleos, infinitos chocando en un acelerador de partículas, nenúfares de cristal...
En el rescoldo del hogar, donde florecen las celedonias y las violetas, las mariposas limoneras son en salir las primeras, los ratones campestres, las anémonas, los lirios y los jacintos; los cipreses, las caléndulas...

sábado, 7 de enero de 2012

Cena de Reyes

Enorme ojo sin pupila que nocturnidad destilas. Polifemo de las ratas aladas, que gobiernas en negror, corren velos de plegarias en tu honor. Luna llena, blanca perla, excitante del alba que orlas las camas. Luna manchada. Frío de Enero en tu recreo, cuna de hadas, besamanos de las damas, de alcurnia engalanada, linaje de hados y festejos, luna de Enero. Noche rasgada.
Madrugada con los amigos en armoniosa velada. Restaurante chino en la noche callada. A la animación de sangría y cerveza, acude veloz la sonrisa a la cabeza. Gestos íntimos e infantiles, bromas, coros de serafines es la aureola, gentiles las gentes, es día de Reyes, afables las formas y gratas, bailes de gatas, en la pista magia y enanos, es el día de los Reyes Magos.
Después de la comilona, rock en el Averno, y éxitos en la discoteca. Alguna mujer pantera. Hermandad en plena borrachera. Salidas furtivas a fumar un cigarro. Casi hay más gente fuera. Así van los constipados –me dice mi abuela-. Pero dentro es otra historia, policromía amatoria, férvidas féminas del suceder, elipses de armonías, curvas donde has de torcer, eclipses de fin del día.

viernes, 6 de enero de 2012

Tarde

El planeta feérico pide turno, vívidas lamparillas revolotean en rosa claro y azul oscuro, esponjas doradas, ribetes de plata, flora y fauna de ilusorio mundo. Los genios, las hadas, encantos de ingenio que vierten moradas, y desde hace milenios desean ser capturadas.
Espero en puertoVenus, médula en flor, azulada hada, de trémula mariposilla ardor, construcciones blanquecinas esqueléticas, mutante vegetación, extraterrestre estación.

La tarde se torna tranquila en manos del Hacedor, trémulos pájaros hienden los cielos, y en su fulgor, rayan de diamante el mármol azul de claror. Estelas de fuego entre las antenas de hierro. Metal y cristal de espejos, aún sueño, esbelta gaviota blanca, en ti despierto.
El plasma enciendo, un culebrón, leo las postales junto al radiador. Otra escribo con algunos versos para enviar, mucha prosperidad, media el día en su esplendor, y gano nueva partida de ajedrez al ordenador. Mañana acudo al oráculo de Delfos, una orquídea de Venus me enseñó el amor, entre sabiduría y senos, proporcióname vigor.
Prendo a la par el farolillo e incienso de azahar, el tiempo, la gran incógnita, es un molinillo de viento a ritmo de armónica, es la rueda del azar que la psique a veces sabe dominar.
Juegos de la mente, todo está en los libros, anfiteatro del mundo, secreto codiciado y oculto, prohibido largamente, por poderes y filtros.
Días de promesas y quimeras, de borrase quilos de exceso, de apuntarse al gimnasio o de empezar un diario, de las navidades quitarse peso.
Náyades blancas como la leche, senos turgentes, dejadas caer sobre una alfombra de rosas y nenúfares, luces tibias en mi buhardilla, pezones, sonrisas, caricias… Uñas escarlata y gafas de secretaria, hoyuelo de bienhallada, pechos de manzana, globos perfectos, encendida mirada de sus afectos. Retozos de voluptuosas hadas gozos.
Tatuaje de la noche celeste, duendecilla preciosa, ojos de felina, tremenda boca, sonrosada carne femenina, que entre estrellas te alojas, cara de niña, como las diosas.

martes, 3 de enero de 2012

Fragancias

Media luna raja el manto aterciopelado de la noche, ojo semicerrado del espectro en total oscuridad, gajo blanco de gato maullar, enciendo el incienso de mirra y jazmín, luna divina de besos carmín, la noche entrada ya.
Cuarzo rosa sobre mis trastos, vela de aroma canela en el comedor, reloj de pared menguando arriba del televisor.

Mañana de claror algodonoso, aves furtivas de color de frutas, fotones de rayos undosos, que buscan en derredor sus rutas, serpenteando doradas ondas esbeltas, gaviotas de metal dejan sus estelas, coronando la tierra.
Armonía de mañana fresca, platean las ventanas de sol, melodía de nata y fresa, esencia de claveles en el balcón. Relicario de tiernas adelfas, diccionario de las fragancias, coloradas acacias de tierras de elfas, que recogen juntas con verbigracia.
Mediodía puro e imparcial de brotes de azahar, magno imperio del astro rey, que sus destellos hace llegar, a las casas magenta y beis.
Partida de ajedrez, a las torres de Hanoi juego, níveo en el vivero, amarillea un pez. Otra estilográfica devenida, pero sólo escribo poesía con mi pluma preferida. Y tal es la vez. Pétalos del placer…
Estrellas en pleno día, bruñidas de bronce sobre mi mesa, beldades hijas de Vesta, con las piernas abiertas, ¿quién lo diría? Meditan. Ordeno mi librería al compás de sinfonías de sibilas, mientras hojeo un monográfico coleccionable, la fogata arde, algún gnomo llega tarde, los paladines abren paso, lleva esperando la princesa desde el ocaso. Se trata de Demian, de Hermann Hesse, el regalo.
En estos momentos, me estoy leyendo el Secreto, de Rhonda Byrne.

Un paseo por las galaxias de mi buhardilla, mientras apago la colilla, trols trasmutando los tiempos, los gnomos y sus juramentos, la tarde las tejedoras hilan, expulsando de los ogros sus lamentos, varitas de purpurina contra todos los tormentos.
Aroma de romero...


"La imaginación lo es todo. Es el avance de lo siguiente que atraerá la vida" Albert Einstein.

domingo, 1 de enero de 2012

Féminas

Cual ermitaño entre féminas de cristal, así son los pétalos de las rosas que puedo tocar, violáceos y cristalinos espejos de lindo palmeral, fucsia adelfa de mi elfa más furcia, me alfombra bruñido arenal de dunas, azules alondras vienen a una, en bizarra miríada animal. Bellas aves en lontananza, mientras sorbo de mi taza.
Malvas líneas sobre negro, gabán de la noche venidera, mariposas bermellón con velos, visten de escarlata a las bayaderas, que orlan sus muñecas con cantos de sirenas, cisnes de platino cual de la noche diadema.
El incienso caracolea en espirales de plata, manso humo, vainilla y nata, el aire perfumo…
Proyectos, resacas, año de ayer abyecto, contemplo con gana a las damas, medias de seda, albas de terciopelo, lascivas las nalgas de las nereidas, hespérides de bello género, innúmeras alas crema del blanco Enero.
Lúbricas princesas de mi reino, lujurioso y obsceno, sátiras públicas de seis velos, en pos la fauna del otro universo, dientes de sable, tigres de besos, flor en la luna del sentimiento. Huella de pantera al calor de mis versos, cerca de la orilla de mi buhardilla, duendes traviesos, polvorones y peladillas, sonando blues intenso.

Rapsoda de los traseros, una balada por par de senos, oda de la lujuria, caderas de los deseos, bajo una dúctil lluvia de luengos dedos, sirva mi pluma para poner el acento.
En mi carta a los reyes no pido más leyes, si son magos, sólo pido un regalo, que se cumpla la declaración de los derechos humanos. Y lo que para mí demando, me lo guardo.
Escucho a la voz, Frank Sinatra, al tiempo que mi pluma vuela, la noche ha vencido a la mañana, dolor de muela, surcan postales por el mundo sus lugares, como en una telaraña, se recupera mi abuela, y en mi alcoba de náyades baila una maraña. Pasó nochevieja.