sábado, 7 de enero de 2012

Cena de Reyes

Enorme ojo sin pupila que nocturnidad destilas. Polifemo de las ratas aladas, que gobiernas en negror, corren velos de plegarias en tu honor. Luna llena, blanca perla, excitante del alba que orlas las camas. Luna manchada. Frío de Enero en tu recreo, cuna de hadas, besamanos de las damas, de alcurnia engalanada, linaje de hados y festejos, luna de Enero. Noche rasgada.
Madrugada con los amigos en armoniosa velada. Restaurante chino en la noche callada. A la animación de sangría y cerveza, acude veloz la sonrisa a la cabeza. Gestos íntimos e infantiles, bromas, coros de serafines es la aureola, gentiles las gentes, es día de Reyes, afables las formas y gratas, bailes de gatas, en la pista magia y enanos, es el día de los Reyes Magos.
Después de la comilona, rock en el Averno, y éxitos en la discoteca. Alguna mujer pantera. Hermandad en plena borrachera. Salidas furtivas a fumar un cigarro. Casi hay más gente fuera. Así van los constipados –me dice mi abuela-. Pero dentro es otra historia, policromía amatoria, férvidas féminas del suceder, elipses de armonías, curvas donde has de torcer, eclipses de fin del día.