Ronda
nocturna con Mandolino, poco antes de los sueños el hilo… Noche de lluvia de
Abril y vibraciones de cristal en la ciudad, goterones de xilofón, metales
mojados, empapada aleación, noche oscura de verdad, reproche de los dioses y
las diosas, que el cielo no desean iluminar. Sólo Venus atilda las alturas
rojizas casi negras al cénit de la noche. Negras como las medias de las hechiceras.
Rojo de elfa de sangre al alba. Ayes blancos suspirados de una menuda luna
cornuda. Y en el álbum de la belleza, miro la foto de un parque pekinés de
bambú violeta, mientras misteriosas máscaras carnavalescas recorren en góndola
Venecia.