jueves, 14 de mayo de 2015

Ikigai


Por mi amuleto nepalí,
que debo hacer un ikebana fantástico;
en su centro un buen rubí,
y orlado de adornos neo-clásicos.

Al nadir, por tres brujas será bendecido,
y ululará una lechuza a su paso,
todas mis pulseras preciosas desenterrando,
para que en un gran ikigai sea fundido.

Las velas serán el embrujo,
la vida vivirá en pulso,
y bajo los astros del cielo,
las noches soñarán lustros.

Y así el mundo tendrá sentido;
sentido las almas de la Tierra.
Vívidas todas las cosas con y sin latido.
Y el tiempo verá feliz el paso de las Eras.


Ikigai es un término de origen japonés que no tiene traducción exacta al español, aunque se le atribuye un significado sumamente especial: "tener una razón para vivir". Es un vocablo que utilizan los habitantes de la isla de Okinawa cuando quieren referirse a " aquello que hace que la vida valga la pena, lo que nos hace despertar cada mañana... el motivo de vivir". Sus pobladores se cuentan entre los más longevos del planeta: viven más de cien años con buena salud y en plenitud.