domingo, 22 de marzo de 2015

Parto de Sol

Amanece el famoso día 15 de Marzo, tantas veces odiado por culpa de mi traumático pasado, ahora ya superado. El cielo está claro y azul, a excepción de un sendero de nubes precioso y anaranjado que lo divide en dos, de los cuales, uno parece que se va tornando amarillento. Justo en el centro de la estampa, unas nubecillas malvas ponen el broche a la maravilla silenciosa de este amanecer que nace prematuro y libre, moldeando el nuevo día que parirá hoy el Hacedor.
Se escuchan diferentes tonos de pajarillos; algunos se dejan ver dibujando estelas de maravilla natural blanca y espontánea, otros, grises,  se escurren entre el follaje de los árboles y trinan rompiendo el silencio dominical.
Dos puntitos negros rasgan la enorme gasa nívea extendida en el cénit ahora en la forma de una nube inmensa, mientras las farolas aún permanecen encendidas; la calma es total, el silencio casi sonoro, en todos lados banderas de la comunidad y el que escribe soñando solo.
En cuestión de segundos se abren dos palmeras en el lejano horizonte y, como en un parto divino, sale el Sol más brillante y cegador que he visto en mi vida, imposible mantener la mirada más de dos segundos en esta neonata estrella de vida y fuego.
Ya es la hora, realizo mis cinco saludos al Dios Sol, esperando y deseando tener un buen día.