jueves, 24 de noviembre de 2011

Frío

El Sol resplandece en todo su fulgor oblicuamente; pero hace frío, mucho frío, que contrasta con el café caliente de mi tazón. Plañideras aparte, las hadas magenta se bañan en un lago argéntea mientras Pinocho les hace travesuras con su protuberancia. Si Geppetto levantara la cabeza...
Los elfos recolectan setas, los gnomos guardan mis monedas, y las hadas más casquivanas llevan al aire las tetas. ¿Dónde estará el boggart, que brilla por su ausencia? Acuario, incensarios, y hasta una chimenea multimedia...
Las féminas se ven lozanas, los donceles ufanos, algunos espíritus sin sombra y el boggart no se ve por ningún lado. Mana humo marroquí del incensario, aros y formas ignotas, quimeras y magias en halos, límpidos frascos de seres vacuos. Las ninfas de la Literatura rivalizan con los trasgos, los escarabajos gigantes con los duros enanos y un haz de láser ciega a un anciano.
Mi perrito persigue a las moscas, de los moscardones ya se encargan los dragones. Y si hay que crear sombras o borrar borrones ya lo hacen mis cojones. Si un mandala te solucionara el panorama...
Me vienen versos de Bécquer mientras escucho a Queen, el café está en su punto, claro, me lo hago yo, superhéroes de cómics, mi colección de plumas, montones de libros, y los edificios reflejando el Sol con justicia al fondo. La ciudad en plena efervescencia...

El azote del rollito zen y mazinger zeta. Afrodita sin tetas. Melusina travestí y Mesalina haciendo los cumplidos de la diosa Vesta. Más deidades para mi cesta. Obrando elevados en el monte de Venus...



La tarde trémula deja algunos peluches de algodón en el horizonte, inmaculada claror que no molesta al ojo... Abajo, griterío de niños y palmeras de perlas color zafiro. Música celta...
Vuelve el boggart en una harley derrapando y me suelta: Voy al Hades. ¿Te vienes?. Bueno -le contesto- pero si acaso vamos también al Parnaso.
Una áspid serpentea por entre los dedos del día que se va plegando. Los árboles del parque configuran un pequeño ikebana fantástico.
Elegí de Parnaso el Machupichu...
Estaba pensándolo, cuando un hada me ha dado una palmada en el trasero mientras me susurraba al oído: En el mundo feérico todo es posible.

"La vida es lo que pasa mientras windows hace actualizaciones"(desconozco al autor)


Las arterias de la noche desembocan en una sierpe de ojos ciega que transita la ciudad. Silba por las angostas calles igual que el viento, intemperante, recorriendo una ciudad yerma y sin luna. Perentoriamente, una andanada de dragones zafiro sale a su encuentro bajo luengos nimbos. La noche ajusticia al cadalso al día.